La carga semántica que tiene la frase “los datos son el nuevo petróleo” sirve de palanca para saber que la sociedad ha pasado de basar su economía en bienes y servicios físicos hacia entidades digitales que requieren, en primer lugar, de una base sólida de datos, pero también del análisis de este recurso. Y es una de las motivaciones por las que la creación de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) sentó sus bases en la Ciudad de México.
Uno de los personajes clave para el desarrollo de la ADIP fue José Merino, quien hace unos días estuvo en el evento GSMA 360, ante empresarios del sector de las telecomunicaciones y tecnologías de la información, donde dijo que hacia el nuevo gobierno virtualmente electo se tendrá un enfoque en la agenda digital que se basará en cinco principios:
Autonomía. Se buscará un modelo de aprovisionamiento de servicios digitales que permita al Estado generar capacidades propias, que no lo haga dependiente de contratos multianuales, que dé más flexibilidad en el sector y que permita la escalabilidad. Además de que se basará en una política federal y nacional donde estados y municipios puedan beneficiarse.