Waymo es uno de los líderes en la industria de los vehículos autónomos. Su tecnología de conducción sin conductor ha sido desarrollada durante más de una década y ya opera en ciudades como Phoenix, donde ha completado millones de kilómetros de pruebas y viajes comerciales.
Uber, por su parte, abandonó en 2020 su propia unidad de desarrollo de vehículos autónomos, vendiéndola a la startup Aurora, pero mantuvo su interés en la tecnología. En lugar de desarrollar su propio sistema, optó desde 2023 con empresas como Waymo.
Esta expansión forma parte de una estrategia más amplia para consolidarse en su apuesta por el transporte autónomo, un mercado que la empresa estima en un billón de dólares solo en Estados Unidos.
El segmento de movilidad de Uber creció un 18%, alcanzando los 22,800 millones de dólares, mientras que su división de entregas también aumentó un 18%, con 20,100 millones de dólares en reservas brutas. En total, la plataforma registró 3,100 millones de viajes en el trimestre, un 18% más que el año anterior, y alcanzó los 171 millones de usuarios activos mensuales, un incremento del 14%.
Si bien la compañía reconoce que el despliegue de vehículos autónomos enfrentará desafíos regulatorios y requerirá años de inversión, Khosrowshahi aseguró que Uber será un socio clave en la adopción masiva de esta tecnología. “Nos estamos posicionando como el socio indispensable para que los desarrolladores de vehículos autónomos lleguen al mercado”, afirmó.
Con una estrategia basada en innovación y expansión de sus servicios, la firma señaló que ve en 2025 un fuerte impulso en la transformación del transporte.