De acuerdo con Norton, los deepfakes pueden ser muy difíciles de detectar, y cada vez es más fácil falsificar a casi cualquier persona debido a la cantidad de contenido de video que muchos publicamos en redes sociales.
Un reciente estudio de iProov reveló que solo el 0.1% de los participantes pudo distinguir de manera confiable entre contenido real y falso, lo que demuestra las limitaciones de defensa
Un informe de Kaspersky mostró que la mayoría de los usuarios en América Latina (67%) no reconoce cuando un video ha sido editado digitalmente utilizando la técnica deepfake, lo que refleja la sofisticación de las herramientas usadas por los delincuentes.
Dependiendo del refinamiento de las deepfakes pueden llevar más o menos tiempo en harce. Para videos largos, la cantidad de material requerida para generar el contenido apócrifo será mayor; sin embargo, también hay herramientas disponibles que con un par de segundos pueden crear videos cortos, incluso existen tutoriales en redes sociales de cómo utilizar algunas de estas plataformas abiertas a todo el público.
"Dependiendo de las habilidades y la calidad del deepfake necesario, puede tardar de dos a tres minutos y costar entre 35 y 50 pesos. Menos que un pedido de tacos en Chupacabra", refiere Molina.
Su capacidad para hacerse pasar por personas de manera convincente los convierte en una poderosa herramienta para que los ciberdelincuentes obtengan acceso no autorizado a cuentas y datos confidenciales. Los deepfakes también se pueden utilizar para crear identidades sintéticas con fines fraudulentos, como abrir cuentas falsas o solicitar préstamos. Esto plantea un desafío significativo a la capacidad de los humanos para discernir la verdad de la falsedad y tiene amplias implicaciones para la seguridad, la confianza y la difusión de información errónea.
El fraude contra individuos tiene un impacto significativo, y para las organizaciones puede resultar en pérdidas económicas severas. Según la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos, más de 10,000 millones de dólares se perdieron por robo de identidad en 2023, con costos de resolución que superan los 350 millones de dólares por cada filtración de datos.
En México, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que las pérdidas causadas por fraudes financieros en 2024 alcanzaron aproximadamente los 14,500 millones de pesos, con la falsificación o suplantación de identidades y robo de datos bancarios como las causas más frecuentes, con casi el 40% de los casos reportados.