Este fenómeno de empresas de rápido crecimiento con equipos reducidos es posible gracias a la combinación de diversos tipos de Inteligencia Artificial, incluyendo la IA analítica, la generativa y, especialmente, la agéntica.
El capital algorítmico como motor de productividad
La IA agéntica está emergiendo como una pieza central en esta transformación. Los modelos de IA agéntica ya no dependen necesariamente de un ser humano que dé la instrucción inicial (el prompt), sino que una máquina puede generarlo por sí misma y operar como un conjunto de ‘personas sintéticas’, explica Philipp Haugwitz, líder de McKinsey Digital en México.
Estos agentes inteligentes funcionan como parte de una larga cadena donde cada uno tiene un rol específico, como realizar una pregunta de investigación, hacer prompting para una prueba de calidad, generar un resumen de un resultado o crear un video, entre muchos otros usos que dependen del sector donde se utilicen.
Rafael León, cofundador y CEO de Mirlo, una firma de telecomunicaciones con agentes de IA para ayudar en procesos de venta y soporte, explica que la compañía está compuesta solo por 10 personas y no han necesitado contratar más empleados para soportar el crecimiento, pues han automatizado sus procesos con IA, y si bien no prevén detener la contratación de más personas, acepta que serán procesos más razonados y con la tecnología como guía.
“El equipo va a seguir creciendo”, señala León. “Valoramos a las personas con curiosidad y capacidad de ejecución con IA. Vamos a crecer en equipo, pero de una forma muy eficiente, no necesitaremos el mismo número de colaboradores que antes, pero sí requeriremos perfiles altamente capacitados para trabajar de la mano de IA. El empleado, si sabe manejar IA, viene con superpoderes”.
Farcaster, una red social descentralizada que permite crear perfiles, comunidades y apps interconectadas, únicamente tiene 10 empleados y ya alcanzó una valuación de 1,000 millones de dólares.
Gamma, por su parte, es un fabricante de software para crear presentaciones y sitios web, cuenta con 50 colaboradores y ahora vale más de 2,100 millones de dólares gracias a una reciente ronda de inversión de 68 millones de dólares liderada por la firma Andreessen Horowitz.
Haugwitz explica que estos casos de unicornios con menos de 10 personas tienen detrás una capa de IA agéntica que les permite “automatización a escala". En este escenario, la IA no solo sustituye tareas, sino que multiplica las capacidades creativas y estratégicas de los equipos.
El potencial de crecimiento económico que surge de esta mayor productividad es enorme, rescata Haugwitz, pues mientras que el crecimiento económico en México y América Latina ha dependido históricamente de tener más manos, la IA permite aumentar la producción con la misma gente o incluso con menos.
“La generación de valor en este momento radica en que el humano ya no le dedica su tiempo a tareas de ‘talacha’, sino a las de más valor agregado, como la toma de decisión”, refiere Haugwitz, quien cita que este cambio de enfoque representa un potencial de crecimiento anual de productividad de 3.4%, donde la IA generativa y agéntica contribuyen con 0.5 puntos porcentuales.
Para el entorno agéntico, la pregunta ya no es cuántas personas se necesitan para construir una empresa, concluye, sino qué tan bien puedes entrenar y coordinar a tus agentes inteligentes, pues si bien la tecnología avanza rápidamente para tomar más tareas humanas, la generación de valor sigue estando del lado humano, porque al final, es quien tiene la última palabra.