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Pitz, la startup que pondrá un chalán de IA en los talleres mecánicos

Con voz, IA y automatización, Pitz busca modernizar miles de talleres en México y Brasil, aumentar sus ingresos y profesionalizar una industria tradicional dominada por hombres.
vie 28 noviembre 2025 05:55 AM
Pitz, la startup que pondrá un chalán de IA en los talleres mecánicos para revisar tu auto
Pitz opera bajo un modelo de suscripción mensual que se ajusta al tamaño y las necesidades de cada taller. (Foto: Cortesía Pitz)

Un auto llega al taller con un ruido extraño. El mecánico lo recibe, levanta el cofre y comienza a revisar. Todo como siempre. Pero esta vez, en lugar de detenerse a hacer apuntes en papel o buscar piezas a ciegas, toma su celular y da una indicación a su ayudante digital: “Chalán, ¿cuál puede ser este fallo?”. En segundos, gracias a las indicaciones de voz e imágenes que el mecánico envía, el sistema sugiere un diagnóstico, prepara una cotización y permite enviarla por WhatsApp al cliente.

La escena ya ocurre en decenas de talleres mexicanos y tiene nombre. Pitz, la plataforma que quiere llevar la Inteligencia Artificial a una industria percibida como tradicional y sin actualizaciones significativas en los últimos años.

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Para su fundadora, Natalia Salcedo, los autos siempre fueron un símbolo familiar, la herramienta que les permitía viajar y con la que su padre sufría cada vez que se descomponía, por lo que parte de la inspiración para crear Pitz vino de este recuerdo de frustración y nostalgia.

La chispa final de inspiración llegó mientras veía un documental de Ayrton Senna, ya que el piloto brasileño, solo escuchando el motor, era capaz de describir fallas con una precisión quirúrgica. “Si Senna podía hacerlo en 1989, ¿cómo es que en la actualidad no existía una tecnología capaz de replicar ese oído?”, pensó Salcedo. La respuesta fue construirla. Así surgió Pitz, una plataforma que funciona únicamente con la voz del mecánico, como si Alexa y Shazam se hubieran casado y su hijo trabajara en un taller de autos.

“Había mucha tecnología para desarrollar coches, pero no para repararlos. Los talleres se quedaron atrás y entendí que si queríamos cambiar la industria, teníamos que empezar por el mecánico”, comenta Salcedo.

El funcionamiento es sencillo. Un mecánico recibe un Nissan Sentra 2013 que lanza humo negro por el escape. Explica el contexto a Pitz con audio e imágenes, el sistema cruza datos con bases de información y fallas recurrentes registradas por fabricantes y talleres, y brinda un diagnóstico. A partir de ahí, el flujo se administra solo, la cotización se genera automáticamente y es enviada al cliente; si este acepta, la plataforma organiza cada etapa de la reparación. Incluso sugiere mantenimientos futuros según kilometraje y uso.

La plataforma también integra facturación, historial de servicios, control de inventario y un marketplace con más de 1.2 millones de productos, lo que la convierte en un negocio redondo. Según datos de la empresa, los talleres que usan Pitz pueden recuperar hasta cinco horas semanales y aumentar un 30% sus ingresos mensuales.

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Pitz opera bajo un modelo de suscripción mensual que se ajusta al tamaño y las necesidades de cada taller. Los planes comienzan en 999 pesos al mes e incrementan según la cantidad de diagnósticos que cada negocio requiera o si se trata de talleres con múltiples puntos de venta, donde se establecen esquemas personalizados.

A esto se suma el ingreso generado por su marketplace de refacciones, donde Pitz cobra una comisión que puede variar entre 15% y 25% por cada venta realizada a través de la plataforma. Actualmente, alrededor del 65% de los ingresos de la startup proviene de la suscripción y uso del sistema, mientras que el 35% restante se deriva del movimiento del marketplace, un equilibrio que Salcedo espera que crezca conforme más talleres migren sus procesos a lo digital.

Alineación y balanceo. Pitz lo quiere y los clientes lo exigen

El momento para una plataforma como Pitz no podría ser más oportuno. En México, la expectativa del consumidor hacia servicios más rápidos, eficientes y claros aumentó de manera drástica.

El estudio Zendesk CX Trends 2026 muestra que 88% de los consumidores en el país espera que la IA mejore la calidad de los servicios, y 69% afirma haber incrementado su uso de herramientas impulsadas por esta tecnología en el último año.

Además, la oportunidad de negocio en México es inmensa. Según el Censo Económico del Inegi, en el país existen más de 200,000 unidades económicas dedicadas a la reparación y mantenimiento de automóviles y camiones. Es una cifra que ilustra no solo el tamaño del sector, sino su fragmentación, con decenas de miles de talleres independientes, informales o familiares que funcionan prácticamente igual desde hace décadas.

Pitz tiene como meta alcanzar 1,500 talleres activos para 2026, consolidar su operación en México y Brasil, y expandir su mercado a Estados Unidos.

Recientemente, Salcedo consiguió una inyección de 2.1 millones de dólares de fondos de inversión extranjeros. Este dinero se utilizará para mejorar la infraestructura tecnológica, reducir la latencia del asistente de voz, robustecer el motor de IA, escalar operaciones en los tres países y fortalecer la adquisición de clientes. En palabras de Salcedo, la meta es que la experiencia sea tan fluida como escuchar música en streaming: sin interrupciones, sin fricción, sin sentir que la tecnología estorba.

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Una mujer transformando una industria dominada por hombres

Salcedo forma parte del reducido 2% de mujeres en Latinoamérica que reciben inversión extranjera como fundadoras de startups, según el Foro Económico Mundial. Además, en los talleres, un entorno donde la figura masculina es predominante, su presencia al frente de Pitz rompe estereotipos y abre camino a nuevas generaciones.

“Para mí es importante dejar la puerta abierta a las personas que vienen atrás, especialmente a las mujeres”, comenta Salcedo respecto a esta inversión.

Para ella, la tecnología no solo debe resolver problemas operativos, sino mejorar la vida de quienes dependen de estos oficios. Imagina que, para 2030, un mecánico promedio en Latinoamérica pueda duplicar o triplicar sus ingresos actuales, que los talleres se profesionalicen sin costosas inversiones, y que la experiencia de llevar un auto a reparación sea tan clara como pedir un servicio digital.

Ese futuro, insiste, no está lejos, pues está comenzando en talleres pequeños, en locales de lámina, en negocios de familia que por primera vez pueden operar con trazabilidad, orden y eficiencia. La transformación tecnológica empieza a manifestarse en un acto tan cotidiano como levantar un cofre, escuchar un ruido y pedirle a un asistente de IA que diga qué hacer.

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