Para un organismo que ha registrado pérdidas multimillonarias en nueve de los últimos diez años y que ya necesitó un rescate de más de 100,000 millones de dólares aprobado por el Congreso en 2022, perder a Amazon es significativo.
El contrato entre Amazon y USPS expira el 1 de octubre de 2026, pero el movimiento del nuevo director general del USPS, David Steiner, cambió el tablero. Su idea es “democratizar” esos acuerdos y abrirlos a retailers tradicionales y transportistas regionales mediante una subasta inversa el próximo año.
En respuesta, y de acuerdo con las fuentes citadas por The Washington Post, Amazon ya diseña un plan B, que es retirar, hacia finales de 2026, los miles de millones de paquetes que hoy circulan por la red postal y redirigirlos a su propia red logística.
En la última década, Amazon invirtió miles de millones de dólares en construir su propia red de entrega que van desde centros de distribución que se extienden por todo Estados Unidos, flotas de camionetas rotuladas con su logo, y un ejército de repartidores que son, en muchos casos, contratistas independientes o trabajadores de la gig economy.
En 2024, esa red ya entregaba 6,300 millones de paquetes, apenas por detrás de los 6,900 millones del USPS, según estimaciones de Pitney Bowes. Proyecciones de la misma firma calculan que Amazon podría superar en volumen al propio servicio postal hacia 2028, una meta que podría acelerarse si corta definitivamente el cordón con la agencia.
El consultor Brittain Ladd, especializado en retail y cadena de suministro, publicó que “Amazon ya no necesita al Servicio Postal”, y recordó que desde 2017 lleva advirtiendo que el plan real de la empresa no es competir con UPS, FedEx y USPS, sino reemplazar la necesidad de todos ellos, apoyándose en automatización, inteligencia artificial y, eventualmente, vehículos autónomos.