En Estados Unidos, el número de series guionadas originales cayó de manera sostenida después de su máximo histórico en 2022, de acuerdo con este mismo informe, mientras que en 2023 se produjeron poco más de 500 series, frente a las cerca de 600 del año previo. El descenso no responde a una caída en el consumo de video, sino a una mayor presión por parte de los inversionistas y a que se optimizaron los costos de producción.
“Vemos margen para seguir invirtiendo en contenido, pero el foco está en la eficiencia y en maximizar el retorno, no simplemente en aumentar el gasto”, señaló en el último reporte trimestral, Spencer Neumann, CFO de Netflix.
El crecimiento de suscriptores bajó en mercados maduros, mientras los costos de producción siguen elevados tras la inflación postpandemia y las renegociaciones laborales en Hollywood, de acuerdo con el reporte de Ampere Analysis.
Al mismo tiempo, los grandes conglomerados mediáticos enfrentan deudas significativas y un mercado bursátil menos indulgente con pérdidas prolongadas. Lo que refleja el por qué generan tanto ruido las fusiones de empresas como la que recién se anunció entre Warner.Bros Discovery y Netflix.
“En países de América Latina, caracterizados por un crecimiento acelerado del streaming pero con alta sensibilidad al precio, los efectos de una mayor concentración y una reducción en el número de jugadores pueden incidir en la competencia en precios y paquetes. El riesgo central no radica únicamente en precios, sino en la capacidad de condicionar el acceso a contenidos clave, limitar esquemas de licenciamiento y elevar barreras a los competidores”, señaló Radamés Camargo, analista y coordinador de comunicación en The CIU.
Ampere Analysis estima que el gasto global en contenidos alcanzará alrededor de 248,000 millones de dólares en 2025, de los cuales unos 95,000 millones corresponderán a plataformas de streaming. El número luce imponente, pero es engañoso, ya que el crecimiento es marginal y la competencia por cada dólar es más intensa.
Disney es un buen ejemplo del cambio de prioridades. La compañía anticipó un gasto cercano a 24,000 millones de dólares en contenidos hacia 2026, pero aproximadamente la mitad se destinará a deportes y derechos asociados.
“Priorizar la calidad sobre la cantidad no es solo una decisión creativa, es un imperativo financiero”, precisó en la más reciente llamada con accionistas, Bob Iger, CEO de Disney.