El gobierno mexicano aprobó un nuevo impuesto que cambiará la manera en que millones de jugadores pagan por sus títulos favoritos. A partir del 1 de enero de 2026, ciertos videojuegos, tanto físicos como digitales, estarán sujetos a un cargo adicional del 8% bajo el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
La guía de los impuestos a videojuegos en 2026. Así afectarán tu bolsillo
¿Qué juegos tendrán un impuesto del 8% en 2026?
El gravamen no aplica a todos los videojuegos, sino únicamente a aquellos que se encuentran bajo la categoría oficial de “videojuego violento extremo o para adultos”. Esta etiqueta incorpora cinco criterios específicos que las autoridades consideran de riesgo o impacto social.
El primero de ellos es que el juego incluya violencia intensa o escenas prolongadas de agresiones. El segundo elemento es la presencia de contenido sexual, lo cual puede elevar el nivel de clasificación.
En tercer lugar se incluye cualquier videojuego que muestre derramamiento de sangre o elementos gráficos similares que refuercen la percepción de violencia extrema. El cuarto criterio contempla el uso de lenguaje fuerte, entendido como expresiones altisonantes o insultos constantes que formen parte central de la narrativa o de las mecánicas del juego.
Y, finalmente, también se consideran “violentos extremos” aquellos videojuegos que incorporen apuestas con moneda real, esto sin importar que el resto del contenido sea, o no, violento.
Con esta definición, el paquete fiscal establece que los jugadores pagarán un 8% adicional por cualquier videojuego violento adquirido en formato físico. Este cargo forma parte del IEPS y se suma al precio final de venta.
Pero el gravamen no se limita a los discos o cartuchos. También aplicará el mismo 8% a los videojuegos descargables, es decir, compras realizadas a través de tiendas digitales como PlayStation Store, Xbox Marketplace, Nintendo eShop, Steam o similares.
Un punto especialmente relevante para los jugadores es que el impuesto también se aplicará al contenido adicional de estos videojuegos. Esto incluye expansiones, niveles extra, nuevos personajes, modos de juego adicionales o armas exclusivas.
Esto significa que, incluso si el usuario ya pagó el juego base, cualquier compra complementaria dentro del mismo universo, si está clasificado como violento extremo, también generará el 8% de IEPS.
¿Las membresías como Game Pass también tendrán impuestos?
Otro escenario importante es el de las membresías o suscripciones, como Xbox Game Pass, PlayStation Plus o servicios similares que dan acceso a un catálogo amplio de juegos. Si parte del catálogo incluye títulos violentos, el impuesto solo se aplicará al precio correspondiente al acceso o descarga de esos videojuegos.
Para lograrlo, la empresa que presta el servicio deberá separar los precios en el comprobante de pago, indicando explícitamente cuánto corresponde al acceso a los juegos violentos y cuánto al resto.
Sin embargo, si las compañías no separan los montos (algo que podría ocurrir en plataformas globales que no adapten sus facturas para México) la autoridad fiscal interpretará que el 70% del pago del usuario corresponde al acceso a videojuegos violentos.
En la práctica, esto podría encarecer significativamente servicios donde la distinción entre títulos es menos clara o donde el catálogo cambia mes a mes y al tratarse de un impuesto al consumo, los jugadores serán quienes absorban directamente el costo adicional.
Nota del editor: Expansión publicó esta nota antes de la conferencia matutina de este 23 de diciembre, donde la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que su gobierno ya no cobrará el impuesto a videojuegos violentos, pues señaló que es muy complejo determinar cuál sí lo es y cuál no.
"Ya no se va a cobrar ese impuesto", dijo Sheinbaum. "Es muy difícil distinguir por entre un videojuego que tiene violencia y uno que no".