Wurstmarkt, el secreto mejor guardado de Alemania
Si hay algo más apetitoso que el olor de una salchicha chisporroteante, entonces mi nariz aún no lo ha conocido.
A mi alrededor hay puestos de comida con barbacoas rebosantes de salchichas Bratwurst, grandes sartenes de salchichas Knackwurst, parrillas llenas de salchichas Nuremberg, además de calderos de hirvientes salchichas Frankfurt, y estas son apenas las que puedo pronunciar.
Estoy en el festival Wurstmarkt en Bad Durkheim, un pueblo de Pfalz cerca del inicio de la famosa ruta del vino de Alemania, y mis fosas nasales están en el cielo.
Aunque Wurstmarkt significa "festival de salchichas", este es el festival de vino más grande no solo en Alemania sino también en el mundo con 685,000 visitantes en 2015. Por dos fines de semana en septiembre, el campo de Bruhlwiesen a las afueras de Bad Durkheim se convierte en parte parque de atracciones, parte mercadillo gastronómico y parte taberna al aire libre.
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En 2017, el festival se celebró del 8 al 12 y del 15 al 18 de septiembre.
El corazón del festival es una red de 36 bodegas locales históricas que se remontan a siglos y un pueblo vinícola contiguo para más de 100 jóvenes emprendedores del sector. Como las personas se sientan en largas mesas bajo carpas, se parece al Oktoberfest, excepto que en vez de enormes tarros de cerveza, lo que se bebe es riesling, pinot y gewurztraminer.
El vino se sirve en medidas de medio litro por alrededor de 6 dólares, por eso la gente viene en grandes grupos, cada uno compra una medida de vino y se la pasa a los demás.
Todos bebemos en un vaso especial llamado dubbeglas, inventado por un carnicero de Durkheim. Tiene deformaciones circulares en el exterior, de modo que puedes agarrar bien el vaso con los dedos grasientos de manipular las salchichas.
El vino se utiliza generosamente en la cocina de Pfalz: los locales lo usan en cada salsa, como sustituto de vinagre al hacer chucrut y para humedecer la carne molida.
De hecho, en cada restaurante de pueblo, el menú enumera los vinos primero antes de los aperitivos y los platos principales. Justo arriba de la ciudad Bad Durkheim se encuentra Weilberg, donde una bodega romana fue recientemente excavada y parcialmente restaurada.
Las fosas originales donde las uvas eran pisadas con los pies todavía están intactas y los científicos pudieron determinar que hace 2,000 años los romanos cultivaban las mismas variedades de uva que se cultivan hoy.
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Después de tal historia, no es de extrañar que el festival Wurstmarkt celebrara su 600 aniversario en 2016. Comenzó como una feria de mercado en las laderas de Michelsberg, una colina coronada por la iglesia medieval de San Miguel, que todavía atestigua desde lo alto el festival mucho más grande de hoy.
Los peregrinos acudían a la iglesia para celebrar el día de San Miguel el 29 de septiembre, mientras que los agricultores y bodegueros locales vendían sus productos en el camino.
Esas 36 bodegas históricas en el centro del festival se conocen como las wheelbarrows o "carretillas" porque así era como transportaban antes sus vinos hasta el cerro Michelsberg.
El festival se conoció como Wurstmarkt a principios del siglo XIX, debido al abundante consumo de salchichas, la comida rápida de Alemania en tiempos pasados. Hoy hay más que salchichas, varios renombrados restaurantes locales cierran y mudan sus cocinas a los terrenos de Wurstmarkt para el festival.
Las dos especialidades más conocidas de la región de Pfalz son dampfnudeln (budines al vapor dulces o salados) y saumagen (estómago de cerdo relleno).
El saumagen no suena tan apetitoso, pero sabe a un pastel de carne de cerdo y tocino mezclado con papas hervidas y hierbas. En cuanto al dampfnudeln, prefiero la versión dulce, suave y masticable servida con canela y salsa de vainilla.
Uno de los mejores lugares para probar comida local es un barril de vino gigante, el Durkheimer Riesenfass, que alberga un restaurante. Construido en 1934 por un viticultor llamado Fritz Keller, tiene una capacidad de 450,000 galones pero nunca fue utilizado para almacenar vino.
Si sigues en pie y alerta después de tanta comida y bebida, puedes disfrutar de las diversiones adicionales.
Hay carruseles, sesiones de aromaterapia y masajes shiatsu, un juego de tiro que da como premio ositos de peluche, salas de juegos y una noria gigante.
Mientras deambulo, caminando entre las multitudes, escuchando a bandas tocar en vivo y hago cola, sí, para otra salchicha, estoy empezando a creer que el Wurstmarkt es el secreto mejor guardado de Alemania.
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Los únicos extranjeros que veo son soldados estadounidenses de la base de Ramstein, a poca distancia en auto, y a la policía militar de Estados Unidos con una mirada discreta y vigilante.
Me dicen que hay dos temporadas en Bad Durkheim: antes y después del Wurstmarkt. Supongo que nadie recuerda lo que ocurre durante las festividades.
Durkheimer Wurstmarkt, Auf den Brühlwiesen, 67098 Bad Durkheim, Renania-Palatinado Alemania;
John Malathronas es un escritor de viajes y fotógrafo afincado en Londres. Ha escrito y coescrito 15 libros, entre ellos "Michelin Green Guide to Austria".