El proyecto mexicano para los próximos Olímpicos de Invierno
La federación de deportes de invierno en México se creó hace 30 años pero a penas hace 13 meses creó la federación de esquí y fruto de ello fue que el país acudiera a los Juegos Olímpicos de Pyeongchang con cuatro representantes, la tercera mayor representación de la historia mexicana.
La federación apostó por Sarah Schleper, estadounidense casada con un mexicano; Robert Franco, nacido en Estados Unidos, pero de padre mexicano; Rodolfo Dickson, nacido en Puerto Vallarta pero adoptado por una familia canadiense; y Germán Madrazo, residente en Texas.
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"Alguien que quiera ser atleta y viva en México no tiene futuro. Si tuviéramos la infraestructura, la nieve… Pero no la hay. Hay muchos mexicanos que viven cerca de la montaña, que pueden foguearse mejor", explicó Carlos Pruneda, presidente de la federación.
Robert Franco, quien compitió este fin de semana en esquí slopestyle, era la mayor apuesta de México: superar el undécimo puesto obtenido por el equipo de bobsleigh de cinco ocupantes en Saint Moritz en 1928. Al final solo pudo ser el 27.
En esquí alpino, Rodolfo Dickson no ha podido superar el 26º puesto, que fue obtenido por Hubertus de Hohenlohe en Sarajevo-1984.
null"Afortunadamente, después de muchos años tenemos cuatro atletas, dos de alpino, uno de slopestyle y uno de cross country. Eso habla de que se están haciendo bien las cosas. La federación de esquí tiene el propósito de darle más apoyo a los atletas, buscar talentos y crecer", señala Pruneda.
Doble objetivo
Sarah Schleper, que compitió con México en dos pruebas de esquí alpino, es la base de un semillero en Colorado, con chicos mexicanos que se desarrollan allí en el ese deporte.
"Ya tenemos varios chicos con buen nivel, en un proyecto donde Sarah ha estado involucrada, entrenándolos también. Algunos participarán en la Olimpiadas juveniles de Lausana. Hay buenas perspectivas y estoy contento. Con la federación nueva, vamos a intentar lograr el apoyo que ellos requieran", explica Pruneda.
En Pekín 2022, la próxima cita olímpica de invierno, se verá si los primeros frutos llegan.
