El mundo está lleno de botones inservibles y esta es la razón
(CNNEspañol) - ¿Alguna vez presionaste el botón peatonal en un cruce de peatones y te preguntaste si realmente funcionaba? ¿O pulsaste el botón de cerrar la puerta en un ascensor, mientras sospechabas que, de hecho, no tiene efecto alguno?
No estás solo, y es posible que tengas razón. El mundo está lleno de botones que en realidad no hacen nada.
A veces se les llama 'botones de placebo': botones que son mecánicamente sólidos y se pueden presionar, pero no proporcionan ninguna funcionalidad. Sin embargo, al igual que las pastillas de placebo, estos botones aún pueden servir para un propósito, según Ellen Langer, psicóloga de Harvard que fue pionera en un concepto conocido como la "ilusión de control".
"Tienen un efecto psicológico", dijo en una entrevista telefónica. "Tomar alguna acción lleva a las personas a sentir una sensación de control sobre una situación, y eso se siente bien, en lugar de simplemente ser un espectador pasivo".
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¿Funcionan los botones de los semáforos?
En la ciudad de Nueva York, solo funcionan unos 100 de los 1,000 botones de paso de peatones, confirmó un vocero del Departamento de Transporte de la ciudad en un correo electrónico.
Mientras su función era asumida por sistemas más avanzados, como luces automáticas o sensores de tráfico, los botones físicos a menudo se conservaban, en lugar de reemplazarse con un gasto adicional.
En Londres, que tiene 6,000 señales de tráfico, al presionar el botón peatonal se obtiene una luz tranquilizadora de "Espera". Pero eso no significa necesariamente que el "hombre verde" vaya a aparecer antes.
"Tenemos algunos cruces donde la luz verde se enciende automáticamente, pero todavía le pedimos a la gente que presione el botón porque eso permite funciones accesibles", dijo Glynn Barton, director de gestión de redes de Transport for London, en una entrevista telefónica.
Estas características, como el pavimento táctil y las señales de tráfico audibles, ayudan a las personas con discapacidades visuales a cruzar la calle y solo se activan cuando se presiona el botón. En cuanto a las luces, un número creciente de ellas ahora está integrado en un sistema electrónico que detecta el tráfico y ajusta los intervalos en consecuencia (dando prioridad a los autobuses si se retrasan, por ejemplo), lo que significa que presionar el botón no tiene ningún efecto.
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¿Y el del ascensor?
¿Qué hay del botón de cerrar la puerta del ascensor? En Estados Unidos casi ninguno funciona, según confirmó Kevin Brinkman de la National Elevator Industry en un correo electrónico.
Pero hay una muy buena razón para esto: la Ley de Estadounidenses con Discapacidades de 1990. "Esta legislación exige que las puertas de un ascensor permanezcan abiertas el tiempo suficiente para que cualquier persona con discapacidades o problemas de movilidad, como el uso de muletas o una silla de ruedas, suba a bordo con seguridad", dijo Brinkman.
Eso sí, fuera de Estados Unidos, hay una mayor probabilidad, aunque no es una certeza, de que el botón funcione.
Termostatos de los hoteles
Se sabe que los termostatos en las habitaciones de los hoteles limitan el rango de temperatura disponible para los usuarios, lo que reduce los costos de energía. La práctica no se limita a los hoteles, según Robert Bean de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción y Aire Acondicionado. Pero eso no es estrictamente malo, porque la temperatura del aire, que es lo que la mayoría de los termostatos controlan, es solo una pieza del rompecabezas térmico.
A veces, además, los termostatos pueden ser engañosos por diseño. Algunos modelos incluso incluyen una opción de "función placebo".
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"La investigación de confort térmico demuestra que cuando las personas perciben el control de la temperatura sobre sus espacios, algunos pueden tolerar niveles más altos de incomodidad", dijo Bean.
"Si se instala un termostato que no funciona (placebo) o un termostato de función limitada, simplemente tener la opción de manipularlo puede afectar la percepción".
"Botones buenos"
Según Langer, los botones de placebo tienen un efecto neto positivo en nuestras vidas, porque nos dan la ilusión de control, y algo que hacer en situaciones donde la alternativa sería no hacer nada (lo que explica por qué las personas presionan el botón de llamar al ascensor cuando ya está encendido).
En el caso de los pasos de peatones, incluso pueden hacernos más seguros al obligarnos a prestar atención a nuestro entorno. Y, en última instancia, presionar un botón no requiere mucho esfuerzo.