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El estrés que las inmigrantes embarazadas enfrentan en EU

En Estados Unidos es un delito ingresar al país sin la aprobación de un oficial de inmigración, y exceder el tiempo de estadía autorizado en la visa de trabajo o de viaje es una violación civil.
mar 06 noviembre 2018 01:30 PM

Nota del editor: La serie documental "Dar a luz en Estados Unidos" (Giving Birth in America) es producida por Every Mother Counts, una organización sin fines de lucro que busca darle mayor visibilidad a los problemas de salud materna en Estados Unidos.

(CNN) – Dos mujeres, una se volvió doctora para atender a comunidades desfavorecidas. La otra, su paciente, tuvo un embarazo de alto riesgo y enfrentó una grave complicación.

Las experiencias de estas dos mujeres, médico y paciente, arrojan luz sobre la situación que guarda el cuidado de la salud materna y su impacto en las mujeres inmigrantes en Estados Unidos.

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A principios de este año, la presión arterial de la paciente subía más y más. Su cuerpo encinta se sentía "extraño y diferente", y la obstetra Cristina Gamboa estaba cada vez más preocupada.

Gamboa y sus colegas en Salud Para La Gente, un centro de salud comunitario en Watsonville, California, cambiaron rápidamente el plan de parto de la paciente para realizar una cesárea tras diagnosticarla con preeclampsia. Momentos después, la paciente dio a luz a una niña saludable.

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"La preeclampsia es una de las principales causas de muerte materna y el diagnóstico oportuno es importante", dijo Gamboa.

La hipertensión durante el embarazo se debe a diversos cambios en el cuerpo. Por tanto la preeclampsia, una complicación caracterizada principalmente por la alta presión arterial, y otros trastornos del embarazo, no son causados directamente por el estrés, pero el estrés sí juega un papel importante, señaló Gamboa.

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La hipertensión arterial influida por el estrés, observada en la paciente de Gamboa durante su embarazo, se ha convertido en una tendencia cada vez más común que Gamboa ha visto en Salud Para La Gente, que tiene centros en los condados californianos de Santa Cruz y Monterey.

Ella ha visto un aumento del estrés específicamente entre las pacientes embarazadas que son inmigrantes mexicanas en Estados Unidos. De los pacientes que atiende Salud Para La Gente en Watsonville, aproximadamente el 40% son trabajadores agrícolas y el 92% son hispanos, dijo Gamboa, quien creció en un pueblo campesino y pertenece a una familia de inmigrantes.

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Si bien varios factores pueden contribuir al estrés, como la situación laboral, la inestabilidad social o las condiciones de salud preexistentes, un factor adicional en los últimos años para las mujeres inmigrantes ha sido el clima político de Estados Unidos, señaló Gamboa.

El estrés que enfrentan algunas madres puede ponerlas en un mayor riesgo de depresión y ansiedad, lo que potencialmente puede afectar la salud del bebé también, dijo la doctora.

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"Examinamos indistintamente a todas nuestras madres para detectar la depresión en el embarazo, sin importar el estatus migratorio, por eso descubrimos que en últimas fechas es mayor el número de madres inmigrantes con una tasa más alta de depresión y otros trastornos del estado de ánimo en el embarazo", dijo. "La época que vivimos y la administración que nos gobierna, veo que afecta a las pacientes".

En Estados Unidos es un delito ingresar al país sin la aprobación de un oficial de inmigración, y exceder el tiempo de estadía autorizado en la visa de trabajo o de viaje es una violación civil.

En 2015, la cifra de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos ascendió a 11 millones. De estos, aproximadamente una cuarta parte residía en California, más que en cualquier otro estado del país.

‘Cada inmigrante es diferente’

La paciente de Gamboa, cuyo anonimato guardamos por motivos de seguridad, experimentó ese embarazo de alto riesgo a principios de este año debido a la preeclampsia, la diabetes gestacional y un historial de dos cesáreas anteriores.

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"Con la nueva administración, es un momento tenso", dijo la paciente en el documental Giving Birth in America: California, producido por Every Mother Counts, una organización sin fines de lucro que busca visibilizar los problemas de salud materna en Estados Unidos.

"A veces te despiertas a la mitad de la noche, a las dos de la madrugada (se supone que en las últimas semanas del embarazo es cuando debes estar más relajada, más tranquila), viene la migra, viene la migra, a veces hasta tengo miedo de ir al médico", dijo la paciente, que trabaja en la pisca de la fresa.

“Durante todo el embarazo, siete u ocho meses atrás, nunca tuve presión arterial alta, nunca; porque antes cumplía con mis pagos, pagaba la factura del teléfono, mi seguro, todo. No tenía estrés", dijo. "Pero cuando ya no pude hacerlo, se convirtió en una gran mortificación para mí. Mucho estrés, fue demasiado".

La presión arterial alta se presenta en alrededor del 6 al 8% de todos los embarazos entre mujeres de 20 a 44 años de edad en Estados Unidos, y cada año entre el 2 y 10% de los embarazos en Estados Unidos se ven afectados por la diabetes gestacional, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

La literatura científica es poco clara respecto a cómo el estatus migratorio de una mujer puede afectar la salud de su embarazo o parto. Se necesita más investigación para determinar si las mujeres inmigrantes en el país tienen tasas de complicaciones del embarazo más altas o más bajas que las mujeres nacidas en Estados Unidos, dijo Gamboa.

“Los inmigrantes no son todos iguales. Se ha demostrado que el país de origen, el tiempo que un inmigrante ha estado en Estados Unidos, se correlacionan con ciertos resultados de salud", dijo. "Debido a que cada inmigrante es diferente, todavía no existe una literatura que describa claramente las disparidades en la salud materna, por lo que existen limitaciones en el tamaño de la población y las características demográficas".

Algunos estudios sugieren que en los países industrializados, el país de origen de una mujer inmigrante está asociado con la posibilidad de que tenga un mayor o menor riesgo de complicaciones, como la preeclampsia. Otros estudios señalan que el estrés de la migración y las redadas focalizadas podrían estar vinculados con resultados adversos al momento del parto.

Pero aunque la investigación sobre las disparidades en la salud materna observada entre las poblaciones inmigrantes sea insuficiente, una disparidad sigue siendo obvia: el acceso a la atención médica.

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"Los estudios han evidenciado el acceso tardío a la atención prenatal y/o ninguna atención para las mujeres embarazadas que han migrado más recientemente a nuestro país", dijo Gamboa

"También se ha demostrado que tienen una tasa más alta de nacimientos prematuros, lo que podría estar relacionado con el acceso limitado a la atención u otros factores", agregó.

"Otra cosa importante a destacar es que el contexto social en el que viven las mujeres inmigrantes puede impactar profundamente su estado de salud", dijo. "Una inmigrante recién llegada puede tener un sistema de apoyo social limitado o nulo, transporte limitado, habilidades lingüísticas limitadas y barreras culturales que pueden impedirle acceder al sistema de atención sanitaria de la manera en que accedería otra persona si hubiera vivido aquí toda la vida o hablara inglés".

La obstetra añadió que esos factores se denominan "determinantes sociales de la salud" y su evaluación es importante cuando se atiende a un paciente.

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Gamboa explicó que, debido al temor de que su estatus migratorio quede expuesto, algunas mujeres podrían no tener acceso a los recursos de salud disponibles, lo que también podría poner en riesgo un embarazo.

"En California, tenemos la capacidad de brindar seguro a todas las madres embarazadas, sin importar su estatus migratorio, se llama cobertura Medi-Cal para mujeres embarazadas", dijo.

En 2014 Medi-Cal cubrió casi la mitad de todos los nacimientos en California, y en 2011, un tercio de los nacimientos de Medi-Cal correspondió a mujeres indocumentadas, según la organización sin fines de lucro California Health Care Foundation

"Pero en otros programas, como los programas de asistencia alimentaria, Migrant Head Start, WIC [el Programa especial de nutrición suplementaria para mujeres, bebés y niños], muchas de las pacientes dicen que dudan en inscribirse porque temen que su información pueda ser utilizada para rastrearlas, para descubrir que no tienen papeles y notificar a las autoridades", dijo.

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La paciente de Gamboa conoce muy bien el costo de la atención médica.

Después de llegar a California hace nueve años, trató de tener otro hijo, pero tuvo dificultades para quedar embarazada. Ella habló con Gamboa sobre sus preocupaciones relacionadas con la fertilidad y se sometió a algunos exámenes médicos. Para su sorpresa, sus exámenes revelaron que le habían ligado las trompas en una intervención que seguramente se le hizo en México sin su conocimiento.

"Cuando tuve a mi último hijo, que ahora tiene 13 años, lo tuve en México. Fue una cesárea, y yo decía: ‘Todo este dolor es normal, se debe a la cirugía’. Así que volví al hospital para preguntar por mi expediente, para ver qué había pasado, pero no había ningún expediente. Como si no hubiera dado a luz allí, como si mi bebé no hubiera nacido allí", dijo la paciente.

"No fue hasta más tarde, cuando llegué a Estados Unidos, que descubrí que me habían hecho una ligadura de trompas", contó, refiriéndose a una práctica de esterilización forzada que ha sido documentada en México y otros países, a menudo dirigida a comunidades pobres y marginadas.

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La paciente se sometió a una reversión de la ligadura, pero "ningún seguro de salud, ni Medi-Cal cubrían el procedimiento. La cirugía cuesta aproximadamente 10,000 dólares. Así que busqué en línea y encontré una clínica que me cobró 5,800 dólares, pero fue traumatizante", dijo en el documental.

En 2015, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) escribió un dictamen señalando que los inmigrantes no autorizados o indocumentados tienen menos probabilidades que otros residentes de Estados Unidos de tener un seguro de salud.

El documento también apuntó que ACOG "respalda un paquete básico de atención médica para todas las mujeres, sin importar el estatus migratorio, y contribuye a lograrlo promocionando el acceso universal al seguro de salud para todas las personas en Estados Unidos y abogando por la eliminación de las barreras a los existentes programas federales, incluyendo Medicaid".

Sin embargo, algunos estadounidenses y organizaciones no comparten esa posición, argumentando que dado que los inmigrantes indocumentados pueden haber infringido la ley al ingresar al país, no es justo que accedan a los mismos servicios de atención médica que quienes migraron legalmente.

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‘Volver al lado correcto’

La paciente de Gamboa huyó de México para escapar de la violencia en su comunidad.

"En México ha habido mucha violencia. Así que es mejor alejarse de todo. Caminamos por dos noches... cruzando por las montañas", dijo la paciente en el documental.

"De hecho, alguien de inmigración nos disparó, pero gracias a Dios las balas no nos alcanzaron. Pero todos los sacrificios valen la pena", dijo. "Quisiera que mis hijos no terminen como yo, cosechando los campos, que tengan un título, que tengan un mejor futuro. Más que nada, como padres, siempre queremos lo mejor para nuestros hijos".

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El estudiante de medicina Rom Rahimian no trabajó con Gamboa o su paciente, pero ha visto a varias mujeres embarazadas que hicieron viajes similares a través de la frontera, en busca de una vida nueva y más segura.

Una paciente en Arizona se quedará para siempre en su memoria, dijo.

Los agentes de la patrulla fronteriza llevaron a la joven porque parecía que iba a entrar en trabajo de parto de manera prematura. Mientras su pequeño cuerpo descansaba en la cama del hospital, Rahimian notó el miedo en sus ojos mientras un agente estaba de pie junto a ella en la sala de consulta.

"Fue un caso tan profundo. Quiero decir, esta pobre mujer acababa de cruzar la frontera de Arizona", dijo Rahimian.

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Sus colegas y él trabajaron con la organización Florence Project, que proporciona servicios legales y sociales gratuitos a las personas detenidas bajo amenaza de deportación, para conseguirle un refugio a la mujer durante el resto de su embarazo.

"Así ella podría tener acceso a un médico y recibir la atención adecuada en lugar de estar en un centro de detención y lidiar con el estrés que conlleva el encarcelamiento, que podría ponerla en trabajo de parto prematuro o podría exponerla a contagios que podrían causarle una infección que podría complicar aún más el embarazo", dijo Rahimian.

"No quiero obviar la cooperación que se recibió del servicio de inmigración ICE y el refugio... Solo quiero lo mejor para todos los pacientes", dijo. "Creo que todos los hombres, mujeres y niños tienen derecho a una vida buena, sana y próspera, donde vivan sin miedo, y puedan vivir de manera saludable y alcanzar su máximo potencial. Y creo que todavía es posible para nosotros, como estadounidenses, volver al lado correcto".

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Gamboa dijo que hay esperanza para el futuro de la salud de los inmigrantes si estamos dispuestos a debatir y crear soluciones para abordar las disparidades en la atención médica.

“Lo más importante que la gente debe reconocer es que las mujeres inmigrantes son mujeres y madres embarazadas como cualquier otra", dijo. "Quieren lo mismo para sus hijos, quieren lo mismo para ellas: estar sanos y prosperar, y el mayor riesgo para las mujeres inmigrantes es que las limitaciones para acceder a la atención y el miedo de navegar a través del sistema de atención sanitaria tendrá efectos perjudiciales no solo sobre la familia sino también sobre la sociedad”.

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