Cuando los niños quieren saber la verdad sobre Santa
(CNN) – Cuando mi hija me interrogó el año pasado sobre el hada de los dientes (o ratón para tal efecto), supe que Santa Claus era el siguiente (o Papá Noel, o el Niño Dios, o los Reyes, según la costumbre).
"¿Tú eres el hada, verdad?", me cuestionó con esa mirada de "no me mientas" en sus ojos. Entonces supe que la siguiente pregunta sería inevitable.
He escuchado a jóvenes adultos quejarse en años posteriores sobre padres que les mienten sobre Santa. Y ya podía imaginar a mi hija escribiendo a la columnista de consejos Carolyn Hax sobre problemas de confianza en su adolescencia o hablar sobre su lucha con la verdad relativa frente a la verdad absoluta en sus clases de filosofía de la universidad.
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¿Santa o no Santa? ¿El espíritu de Navidad frente al tipo del traje rojo?
Todos los padres que entran en cualquier parte del canon estadounidense de la mitología de las celebraciones: el Conejito de Pascua, el Hada de los dientes, Santa Claus y parientes lejanos como la brujita de Halloween, saben que llegará el día de la temida pregunta.
¿Mentimos? ¿Cuánto de lo que se nos dice es verdad en espíritu, basado en siglos de religión, mitología y leyenda? ¿O cuánto se basa en décadas de consumismo, comprando cosas para niños que saben la verdad pero que aún quieren cosas y más cosas?
Conozco a varios niños a los que no les importan los conejitos o las hadas, ¿pero el alegre y orondo hombre del traje rojo? Ah, ese sí les importa.
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"¿Y también eres Santa?" dijo a continuación mi hija. Ella tenía 9 años cuando hizo esa pregunta el año pasado.
Para ser sincera, esperaba esa pregunta desde hace tiempo. Probablemente porque yo tenía 7 años cuando vi a mi madre, cerca de la medianoche en la víspera de Navidad, sembrar como regalo un disco de Shaun Cassidy.
Pensé que tenía la respuesta en "Love, Santa", un libro para niños de Martha Brockenbrough.
Brockenbrough y su hija Lucy se escribieron cartas cuando Lucy estaba en tercer grado, luego las recogieron en un diario epistolar.
Después de que Lucy supo la verdad sobre el hada de los dientes ese año, sumó dos más dos y le escribió a su madre una carta sobre Santa.
"Me senté, escribí la respuesta y se la di", me dijo Brockenbrough cuando la llamé el año pasado. "Parecía muy satisfecha con la respuesta y me dio el abrazo más fuerte".
"Fue un verdadero punto de transición en nuestra relación. Ella tenía una hermana menor y podía crear esa magia, maravilla y posibilidad" como parte del equipo familiar de Santa.
El libro "Love, Santa" comparte cartas sobre la Navidad y el espíritu navideño entre madre e hija, inspiradas en las cartas que intercambiaron Brockenbrough y su hija.
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En la vida real, a Lucy, que ahora tiene 18 años, le encantó la idea de participar en el espíritu de Santa, haciendo cosas buenas por los necesitados y manteniendo viva la ilusión de Santa en su hermana Alice, tres años menor que ella.
"Por supuesto, no queremos mentir y engañar a nuestros hijos", dijo Brockenbrough. "Quería que ella supiera lo que significaba Santa y por qué era importante continuar esa tradición útil y poderosa".
Algunos niños, como Lucy, pueden estar listos para saber que "Santa es más que un tipo alegre", pero otros niños no.
El profesor de la Universidad de Yale Alan Kazdin ahora tiene hijos adultos, pero aún recuerda el día en que regresó a casa con el disfraz de Santa después de simular ser Santa en la casa de un vecino.
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"Mi hija me miró a los ojos y se dio cuenta. Ella solo me preguntó, le dije que sí y me dijo ‘está bien’", cuenta Kadzin, director del Yale Parenting Center. "Ella no quería más información".
Mientras que algunos niños pueden querer hablar sobre el asunto, otros no. "Es clave darles el nivel de información que piden al nivel de su pregunta", dice. "Reconfórtalos, explícaselos y déjalo ir. Puede ser algo muy breve".
No mientas, no importa cuán tentador que sea. "Si mientes, no podrán confiar en ti", señala el docente.
Creo que eso es cierto incluso si tu hijo dice que es el peor día de su vida, lo que dijo la mía inmediatamente después de la revelación.
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Sé que eso no es realmente cierto.
Incluso en nuestras vidas de relativa comodidad, la pérdida de su abuela en 2016 y varias enfermedades en nuestra familia han creado "peores" días que la pérdida del Día de Santa.
Cuando deje atrás ese día, espero enseñarle a establecer conexiones con personas reales en nuestra vida diaria en Atlanta y concentrarnos en compartir lo que tenemos con los demás.
Y podemos lograrlo haciendo varias actividades juntas, como visitar al sitio dedicado a Martin Luther King Jr. en el Parque Nacional de Atlanta, recolectar comida para el banco de alimentos, llevarle comida a las personas que viven en la calle, leer su libro favorito I Am Rosa Parks de Brad Meltzer o asistir a un concierto de Voices of Hope, el coro de mujeres de la prisión estatal Lee Arrendale.
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Pero este fue su peor día aquella semana, así que no intenté disuadirla de sus propios sentimientos en ese momento.
Sin embargo, ella modificó su carta a Santa en diciembre pasado. (Nunca pide muchas cosas, tal vez tres o cuatro). Esta vez ella puso al principio "Querido Santa/mamá". Me quedé sorprendida.
"No quiero renunciar a él", dijo.
Yo tampoco estoy dispuesta a renunciar a él, así que no lo hicimos el año pasado ni este año. Pero intentaré el método de Brockenbrough para enseñarle a ser generosa con los demás. Eso ayudará a toda nuestra familia a abrazar el espíritu navideño.
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"Santa viene si crees en él" es nuestro mantra para este año.
También recuerdo que en realidad no sé cómo se llenó mi calcetín navideño el año pasado.
Yo no lo rellené, y no vi a nadie más hacerlo. Así que tal vez todavía hay algo de magia en el aire.