El próximo paso se dará en el segundo semestre de este año, cuando se ponga en marcha un estudio clínico más amplio, con cerca de 80 pacientes, que servirá para obtener el registro sanitario de la terapia, algo que alcanzará previsiblemente en el plazo de un año.
De forma paralela, Hemocentro colabora con otras instituciones, entre ellas el laboratorio Instituto Butantan, para ampliar la capacidad de producción de las células.
Una nueva unidad fabril, que ya está operacional pero aún no produce el tratamiento, tiene la capacidad de fabricar 300 tratamientos por año, aunque se planea aumentar la capacidad para atender a la demanda prevista, según Covas.
La cura para los linfomas
Los investigadores recalcan que la terapia de momento sólo es efectiva para leucemias y linfomas de células B, por lo que no es útil para cualquier tipo de cáncer, y solo se recomienda en casos en los que han fracasado las terapias tradicionales, como la quimioterapia y los trasplantes de médula.
El tratamiento celular tiene un costo elevado, de unos 2 millones de reales (unos 406,000 dólares), pero pacientes como Paulo Peregrino no han tenido que pagar nada por tratarse de un programa público.
La técnica consiste en modificar en el laboratorio las células de defensa del paciente, los linfocitos, para que aprendan a eliminar la enfermedad, y después, se inyecta el cóctel de linfocitos en el organismo mediante una transfusión.
Covas explica que el CAR-T, en opinión de muchos, puede ser "posiblemente la nueva frontera de tratamiento de cáncer" y en un futuro no solo servirá para detener el linfoma, sino que podría aplicarse a otros tipos de cáncer como el de mama o de intestino, algo que puede suponer "una gran revolución".