Desde hace un año, el telescopio James Webb ha sorprendido a los astrónomos con imágenes de una precisión sin precedentes. Observó la galaxia más lejana jamás detectada y agujeros negros y midió por primera vez la temperatura de planetas rocosos lejanos similares a la Tierra, cuya atmósfera se comenzó a analizar.
Sus observaciones han dado lugar a un mar de estudios científicos. A continuación, algunas de ellas:
Una de las principales misiones del telescopio es explorar el universo
También examina los exoplanetas, es decir, los planetas situados fuera del sistema solar y ayudará a comprender mejor la formación y el ciclo de vida de las estrellas.
Entre las imágenes en octubre se obtuvo una de las más "emblemáticas "Pilares de la Creación", inmensas estructuras de gas y polvo repletas de estrellas en formación, a 6,500 años luz de la Tierra, en nuestra galaxia, la Vía Láctea.
El James Webb capta imágenes infrarrojas
El observatorio costó 10,000 millones de dólares y décadas de trabajo. Es el sucesor del telescopio espacial Hubble, aún en funcionamiento, pero a diferencia de éste, que observa el universo principalmente en el espectro visible, James Webb opera en infrarrojos, lo que le permite detectar una luz mucho más débil y, por tanto, ver mucho más lejos.
Como esta longitud de onda es imperceptible al ojo humano, las imágenes "se traducen" a colores visibles.
Debido a que el James Webb dispone de combustible suficiente para funcionar durante 20 años, investigadores de todo el mundo pueden reservar tiempo de observación con el telescopio.
"Hemos seleccionado un ambicioso conjunto de observaciones para el segundo año, basándonos en todo lo que hemos aprendido hasta ahora", afirmó Jane Rigby, del centro espacial Goddard de la NASA.
"La misión científica de James Webb no ha hecho más que empezar", finalizó.