Recientemente las autoridades sanitarias les dieron luz verde para escanear humanos.
En los últimos meses, alrededor de 20 voluntarios sanos se han prestado a la experiencia de ver escaneados sus cerebros en Saclay, suburbio al sur de París.
"Hemos visto un nivel de precisión nunca antes alcanzado en el CEA", dijo Alexandre Vignaud, un físico que trabaja en el proyecto.
El campo magnético creado por el escáner es de 11,7 teslas, una unidad de medida nombrada en honor del inventor Nikola Tesla.
Esta potencia permite que la máquina escanee imágenes 10 veces más precisas que los IRM comúnmente utilizados en hospitales, cuya potencia normalmente no supera los tres teslas.
En una pantalla de computadora, Vignaud comparó imágenes tomadas por este poderoso escáner, apodado Iseult, con las de un IRM normal.
"Con esta máquina podemos ver los pequeños vasos que alimentan la corteza cerebral, o detalles del cerebelo que eran casi invisibles hasta ahora", dijo.
Un imán de 132 toneladas
La máquina consiste en un cilindro que mide cinco metros de largo y cinco de alto, dentro del cual hay un imán de 132 toneladas alimentado por una bobina de 1,500 amperios.
La entrada es de 90 centímetros de ancho, por la que se desliza el paciente.
El diseño es el resultado de dos décadas de investigación de una alianza de ingenieros franceses y alemanes.
Estados Unidos y Corea del Sur están trabajando en máquinas IRM igual de potentes, pero aún no han comenzado a escanear imágenes de humanos.
Uno de los principales objetivos es multiplicar nuestra comprensión de la anatomía del cerebro y qué áreas se activan cuando realiza tareas particulares.
Los científicos ya han utilizado los escáners de resonancia magnética para demostrar que cuando el cerebro reconoce cosas particulares, como caras, lugares o palabras, se activan distintas regiones de la corteza cerebral.