Si tu propósito de este 2025 es hacer más ejercicio o incluso inscribirte al gym, antes deberías poner atención a cuántas horas y esfuerzo dedicas otras actividades, como el trabajo.
De acuerdo con datos del Inegi, hace 10 años, el 16% de los mexicanos inactivos justificaban su falta de actividad física debido al cansancio por el trabajo. Una década después, esta cifra aumentó significativamente, alcanzando el 25.8%, según el Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (Mopradef).
El cansancio laboral te quita músculo
El aumento en la proporción de mexicanos que culpa al trabajo refleja una tendencia preocupante. Mientras que razones como la falta de instalaciones o la inseguridad han disminuido como impedimentos, el cansancio laboral se ha convertido en una barrera más relevante para la práctica deportiva, detallan las cifras del Inegi.
Entre 2013 y 2023, la falta de tiempo siguió siendo la causa principal, aunque con una ligera reducción del 57.9% al 48.7%. Factores como la inseguridad en las colonias (de 2% a 1%) o la falta de instalaciones (de 3.1% a 1.4%) también mostraron disminuciones.
¿Qué implica esto para la salud?
La falta de ejercicio físico está directamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Estas condiciones no solo afectan la calidad de vida, sino también generan un impacto financiero significativo tanto a nivel personal como nacional.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda iniciar con 30 minutos diarios de ejercicio moderado y aumentar progresivamente hasta una hora, siempre acorde a la condición física de cada persona. Es esencial priorizar nuestra salud a pesar de las exigencias laborales.
¿Y en las finanzas personales?
La inactividad física no solo afecta la salud, sino que incrementa los gastos médicos directos por consultas, tratamientos y hospitalizaciones. Según un estudio publicado en The Lancet los hogares gastan 9,700 millones de dólares en enfermedades vinculadas a la inactividad.
Además, la pérdida de masa muscular en adultos mayores puede generar costos millonarios, como ocurrió en Estados Unidos en 2000, en el que los gastos atribuibles a la sarcopenia ascendieron a 18,500 millones de dólares.
