Por ejemplo, de acuerdo con Asofarma de México, la vitamina D es de suma importancia para que el organismo lleve a cabo distintos procesos, entre ellos mantener nuestros huesos sanos. Además de obtenerla de algunos alimentos, el cuerpo humano produce esta vitamina gracias a la exposición solar; sin embargo, con el encierro la exposición de las personas al sol disminuyó drásticamente.
Al final, la falta de vitamina D merma en la salud, lo que no sólo da una sensación de envejecimiento, sino que podría traer consigo problemas que sí están relacionados a la edad avanzada.
Por otro lado, factores como la soledad podrían derivar en problemas psicológicos. Y es que el envejecimiento no es lineal e igual para todas las personas, sino que además de estar ligado a sus genes, tiene relación directa con su entorno.
Otro problema generalizado del que se ha hablado durante la pandemia es el estrés; de acuerdo con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), estar estresado puede traerte como consecuencia depresión, alteraciones del sueño, disfunción sexual, deterioro en las relaciones familiares, laborales o sociales, o bien, violencia hacia los demás o uno mismo. ¿Sabías que hay 2 tipos de estrés?
1. Estrés positivo: en este caso el individuo interacciona con su estresor de una manera óptima, ayudando a su mente y cuerpo a sentir alegría, bienestar y equilibrio. Es aquel en el que las tensiones vividas ven su recompensa en algún motivo personal o profesional. Quien lo padece se caracteriza por ser creativo y estar siempre motivado.
2. Estrés negativo: este es perjudicante o desagradable ya que produce una sobrecarga de trabajo que ocasiona un desequilibrio fisiológico o psicológico que disminuye la productividad del individuo, provoca enfermedades y acelera el envejecimiento. La vida cotidiana está llena de estresantes negativos, como un mal ambiente laboral, problemas familiares, una pérdida, etc.