“Las personas con condiciones poscovid pueden tener una amplia gama de síntomas que pueden durar más de cuatro semanas o incluso meses después de la infección”, destacan los CDC.
Entre estos pacientes con COVID largo los síntomas más comunes serían: fatiga, dificultad para respirar y tos.
Tos, una de las secuelas del COVID largo
La tos seca suele deberse a que los pulmones siguen irritados después de padecer una infección respiratoria, detalló el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el estudio “Prevalencia de tos post-COVID-19 un año después de la infección por SARS-CoV-2: un estudio multicéntrico”, detalla que alrededor del 2.5% de las personas siguen tosiendo un año después de haberse infectado con COVID .
La tos es una de las formas en que el cuerpo se deshace de irritantes no deseados como virus, polvo y mucosidad. Cuando se detecta algo “extraño” en el tracto respiratorio, se activa un reflejo para provocar tos, lo que debería eliminar el irritante.
La inflamación es un proceso defensivo que utiliza nuestro sistema inmunitario para combatir el COVID. Los tejidos inflamados se hinchan y producen líquido. Esto puede durar mucho tiempo, incluso después de que el virus haya desaparecido.