"Este trabajo demuestra que incluso después de toda la investigación realizada hasta la fecha, el simple glóbulo rojo aún puede sorprendernos", explica entusiasmado el biólogo celular de la Universidad de Bristol, Ash Toye.
¿Qué significa este descubrimiento en la sangre?
El principal rasgo diferencial del sistema Er es que está ligado a una proteína particular que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos llamada Piezo1, un sensor del flujo sanguíneo.
Las personas con varios tipos de sangre Er tienen diferentes variaciones genéticas que codifican esta proteína. En concreto, las alteraciones que codifican Piezo1 perciben las células sanguíneas como "extrañas".
Este gen, ya conocido, se ha asociado a diversas enfermedades. Según Science Alert, los ratones sin esta proteína mueren antes de nacer y aquellos que tienen el gen eliminado solo en sus glóbulos rojos terminan con glóbulos frágiles y sobrehidratados.
Las variaciones de los grupos sanguíneos recientemente identificadas, Er4 y Er5, son extremadamente raras y se han relacionado con enfermedades hemolíticas en fetos y recién nacidos, que aparecen cuando el sistema inmunológico de la madre ataca la sangre del feto.
Descubrieron 3 antígenos
Los científicos analizaron tres antígenos de grupos sanguíneos —moléculas en la superficie de los glóbulos rojos que pueden causar un ataque al sistema inmune— que no encajaban en ningún sistema de grupos sanguíneos establecido.
Los autores pudieron demostrar los orígenes genéticos de tres de estos antígenos (Era, Erb y Er3), así como el hallazgo de dos nuevos antígenos (Er4 y Er5).