Los empresarios de acero presionan a Trump en el tema de importaciones
El presidente Trump comenzó una investigación a principios de este año sobre si las importaciones de acero representaban una amenaza a la seguridad nacional. Cuatro meses después, la industria acerera busca acciones.
Los ejecutivos de 25 empresas acereras y grupos de la industria escribieron una carta al republicano el miércoles exigiendo su acción. Ellos dicen que el exceso de capacidad del acero y el aumento de las importaciones están dañando a la industria acerera estadounidense.
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"La necesidad de actuar es urgente”, mencionó la carta.
Trump había instruido al secretario de comercio, Wilbur Ross, que iniciara la investigación en abril.
El funcionario dijo originalmente que esperaba terminar la investigación para fines de junio, pero el Departamento del Comercio no ofrece ningún estimado por ahora. Otro funcionario dijo a CNNMoney el martes que la administración está “siguiendo el proceso normal de revisión”.
Desde el anuncio de la investigación, las importaciones de acero han continuado “en aumento”, dicen los ejecutivos. Las importaciones en junio captaron el 30% del mercado estadounidense y alcanzaron su total más alto mensual en más de dos años, se argumentó la carta.
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"El aumento sostenido de las importaciones de acero a Estados Unidos ha vaciado a gran parte de la industria acerera nacional y amenaza nuestra habilidad de cumplir con las necesidades de seguridad nacional”, escribieron los líderes en la carta.
El documento fue firmado por los altos ejecutivos de Nucor Corp, ArcelorMittal USA, United States Steel Corp., el Instituto Estadounidense de Hierro y Acero, y otros.
Las políticas comerciales más severas fueron una pieza clave de la campaña de Trump, quien atacó a China y México por robar millones de empleos a Estados Unidos, y prometió regresar esos empleos con mejores acuerdos comerciales o aranceles prohibitivos.
Estados Unidos es el mayor importador de acero del mundo. Sus tres fuentes principales de importación son Canadá, Brasil y Corea del Sur.
Bajo una ley de 1962, si el presidente invoca la seguridad nacional como el motivo de una investigación, puede imponer tarifas tan altas como quiera sin requerir la aprobación del Congreso.
El presidente también puede evadir a un panel independiente de jueces comerciales de Estados Unidos.
Un funcionario del Comercio de la administración Clinton dijo a Bloomberg en mayo que esa ley era un “gran mazo”.
Si Ross determina que las importaciones de acero de hecho amenazan la seguridad nacional, podría iniciar una guerra comercial. Estados Unidos probablemente impondría aranceles que podrían afectar a sus socios comerciales. Todos o algunos podrían tomar represalias con aranceles a los productos estadounidenses.
Sin embargo, Trump dio a entender en julio que los aranceles no llegarían pronto, si acaso.
El mandatario dijo a The Wall Street Journal que la administración se haría cargo de los aranceles al acero después de que “terminemos con el cuidado a la salud y los impuestos e incluso también la infraestructura”, de acuerdo con una transcripción publicada por el medio Politico.
El Congreso hasta ahora ha fallado en aprobar la legislación de salud y ni siquiera ha comenzado con los impuestos o infraestructura.
