OPINIÓN: Trump y su boxeo
Nota del editor: Fernanda Diez-Torres es directora de Relaciones Institucionales del Centro de Estudios Económicos Espinosa Yglesias. La puedes seguir en Twitter como @Fer10Torres. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.
(Expansión) — "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”: Porfirio Díaz.
"El ataque es sólo la mitad del arte del boxeo": Muhammad Ali.
Trump fue electo justo hace un año, el 9 de noviembre, tras una campaña en la cual, entre muchos agregados, usó continuamente a México como punching bag. Cual exhibición de pesaje en Las Vegas, su juramento como el 45º presidente de los Estados Unidos fue una declaración de alardes en contra del libre comercio, el medio ambiente, la comunidad internacional, la lógica y los mexicanos.
Pero a un año de su elección, ¿qué tanto ha golpeado a México, y que hemos hecho en nuestra defensa?
Trump ha tirado muchos golpes. Unos han sido efectivos, como la disminución en la inversión estadounidense en nuestro país, que ha cancelado proyectos e inversiones para regresarlas a su territorio. Ford y Carrier son ejemplo de ello. Muchas otras empresas eludieron los golpes y esperan el siguiente round para tomar una decisión. Si bien la inversión extranjera directa no ha sufrido una disminución considerable, los efectos de un buen golpe no siempre son inmediatos.
La incertidumbre sobre la fuerza y dirección de su punch hizo sufrir a nuestro peso en enero y febrero una devaluación que alcanzó los 22 pesos por dólar. La presión disminuyó y de marzo a finales de agosto nuestra moneda pudo levantarse. Sin embargo, nuestra moneda volvió a sufrir un derechazo en plena cuarta mesa de la renegociación del Tratado de Libre Comercio, cuando Trump soltó un golpe amenazador en torno a la salida de EU del acuerdo.
De concretarse el golpe del TLCAN, tendría un impacto gravísimo a nuestro país y economía, pero también debilitaría al pueblo estadounidense. El 80.5% de nuestras exportaciones tienen como destino nuestro vecino país del norte y si bien solo el 15.7% de las exportaciones de EU tienen como destino nuestro país, somos el tercer comprador de sus productos.
México no solo es un socio comercial, sino también un socio que permite a EU ser competitivo con sus marcas y productos frente al resto del mundo. Prueba de ello fue que la industria automotriz estadounidense, en el último discurso referido, solicitó de manera formal NO cancelar el tratado por el impacto negativo que tendría en la economía que Trump presume tanto defender.
De hecho, para 29 estados de la Unión Americana, México es su primer o segundo socio comercial como destino para sus productos; más de 6 millones de empleos directos dependen de dicho comercio; esto es 1 de cada 24 trabajadores gringos depende del comercio con nuestra patria. (según el Woodrow Wilson Center).
Es cierto, Estados Unidos tiene un déficit comercial con México de más de 64,000 millones de dólares (2016), pero es nada comparado con el que tiene con China que supera los 347,000 millones de dólares (2016); pero para Trump es más fácil la pelea con nosotros (categoría welter…) que enfrentarse a un peso pesado chino.
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No hay que olvidar, que su patrón de boxeo incluye golpes bajos como la construcción del muro en la frontera sur y una mayor guardia. El efecto de ellos no se conoce aún, pero si afectará nuestra frontera común de más de 3,000 km, donde diariamente transitan un millón de personas, más de 300,000 vehículos, 15,000 camiones de transporte y más de 10,000 vagones. Un comercio en la frontera, que supera los 1,000 millones de dólares.
Otro golpe cantado pero todavía no dado, va contra las remesas. Ante la amenaza, las remesas han aumentado casi un 10% en el período de enero a agosto de este año (18,875 millones de dólares), comparándolo al año previo. Esto ha provocado que México se perfile este año, como el cuarto mayor receptor de remesas en el mundo. Un guiño esperanzador pero que engaña si el golpe taxativo de Trump se nos estampa.
En un boxeador de ego infinito, raciocinio limitado y de enormes espaldas y posibilidades, resulta ingenuo pensar el influir en su estrategia y táctica si la hubiera. Pero si en lo que se puede trabajar es en la defensa propia y en golpes certeros cuando se requieran.
El fomentar el consumo de productos mexicanos, el buscar nuevos mercados, en especial en Europa y China, y políticas que incentiven el mercado interno, son avances en nuestra defensa que deben acompañar el amor por lo hecho en nuestro país y por nosotros mismos. El tema es el tiempo, que nos juega en contra.
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Faltan rounds para conocer el resultado. Ojalá muchos golpes cantados queden en simples amenazas típicas de un bocaza. Lo cierto es que no podemos bajar la guardia, y entender que el resultado final no dependerá solo del punch y de la agresividad de nuestro vecino, sino de la inteligencia, resistencia y condición de nuestros líderes e instituciones.
No lo olvidemos, México siempre ha sido cuna, ¡de grandes boxeadores!
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