Flying Eye, el hospital oftalmológico con alas
Es temprano en la mañana en Yaundé, la capital de Camerún. Un autobús se desplaza por las calles de la ciudad con médicos y enfermeras de todo el mundo, incluidos Estados Unidos, India y Sudáfrica.
Llegan al aeropuerto de Yaundé, cruzan la pista y abordan un avión, pero no irán a ninguna parte.
Se preparan para cirugía y comienzan un día de operaciones a bordo de un hospital totalmente equipado que tiene alas. Es conocido como el Flying Eye Hospital.
El avión es un MD-10 que una vez perteneció a la compañía de mensajería FedEx. La compañía donó el avión a Orbis, una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo promover la salud visual en todo el mundo.
Este avión es el tercero de Orbis y asumió la encomienda de Flying Eye Hospital el año pasado. Viaja en misiones donde sea necesario y es casi completamente autónomo. Lleva todos los suministros necesarios, funciona con sus propios generadores de energía y produce su propio oxígeno de grado hospitalario.
Las únicas cosas que el avión necesita son agua, combustible y una pista lo bastante grande como para aterrizar.
Primera misión: operar
En este viaje en particular, el Flying Eye Hospital pasó cuatro semanas en Camerún, un país con una gran necesidad de oftalmólogos.
Según Orbis, Camerún tiene solo 73 oftalmólogos registrados para una población de aproximadamente 24 millones de personas. Eso significa un oculista por cada 329,000 cameruneses.
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Serge Tchakounte, de 40 años, era uno de esos pacientes que necesitaban atención. Sufrió una lesión en un accidente de moto en febrero. No puede recordar mucho sobre el accidente, ya que lo dejó inconsciente, pero cuando despertó, Tchakounte tenía una fractura facial en los huesos orbitales alrededor de su ojo izquierdo.
"Afectó mi vista en el sentido de que no puedo ver bien hacia atrás, arriba, abajo y hacia los lados", dijo. "Cuando trato de mirar hacia arriba, veo la imagen doble".
Con el tiempo, sin el hueso que lo levanta y estabiliza, el ojo de Tchakounte se ha hundido. Su médico sabía que Orbis planeaba regresar a Camerún en noviembre para el tercer viaje de la organización al país e inscribió a Tchakounte al programa.
Cuando Tchakounte llegó al Hospital Central de Yaundé para una consulta con los médicos de Orbis, conoció al Dr. Thomas Johnson, voluntario de larga data y especialista en cirugía plástica ocular en el Instituto Bascom Palmer Eye de la Universidad de Miami en Florida. Esta era la duodécima misión de Johnson con Orbis.
"Creo que debes ser muy flexible", dijo Johnson. "Estás viajando a un país diferente, trabajando con personas diferentes con las que no has trabajado antes, en diferentes quirófanos y con diferentes equipos, por lo que debes ser muy flexible y ser capaz de improvisar".
Segunda misión: enseñar
La principal misión de Orbis es enseñar, por ello el Hospital Flying Eye es ante todo un hospital escuela. Eso significa que su prioridad no es necesariamente ver tantos pacientes como sea posible, sino ver pacientes que representen una variedad de casos. Para una especialidad tan diversa como la cirugía plástica ocular, Johnson proyectó realizar varios tipos de operaciones a lo largo de la semana.
"Estamos tratando de mostrar una variedad de técnicas diferentes en un período de tiempo limitado, así que creo que esa es la parte más difícil", dijo Johnson. "Realmente no podemos hacer cirugía en cada paciente".
Johnson y sus colegas planearon entrenar a médicos locales cameruneses, tanto en el avión como en el hospital central.
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El avión está equipado con simuladores de entrenamiento y cámaras en la sala de operaciones. En la parte delantera, los asientos están orientados a un monitor de televisión donde los practicantes pueden ver cirugías en vivo y hacer preguntas.
En Camerún, un traductor médico hablaba francés, el idioma nacional del país, y proporcionaba traducción en tiempo real.
"El Flying Eye Hospital es una especie de Naciones Unidas", dijo el Dr. Jonathan Lord, director médico global de Orbis. "En este programa tenemos, creo, alrededor de 19 nacionalidades diferentes".
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El Flying Eye no es el único hospital móvil que realiza misiones en todo el mundo. Grandes buques como el USNS Comfort y el USNS Mercy de la Marina de Estados Unidos acuden a misiones humanitarias y a ayudar después de desastres naturales, como el terremoto de Haití en 2010.
"Con la oportunidad de brindar capacitación a largo plazo y fortalecerla y no simplemente realizar cirugías a corto plazo, estas plataformas pueden proporcionar un desarrollo sostenible en la salud global", opinó el Dr. Mark Shrime, director de investigación del programa de cirugía y cambio social de la Facultad de Medicina de Harvard, quien no está involucrado en ningún proyecto de Orbis.
"Debido a que estas plataformas suelen ser autónomas, dependen menos de la infraestructura local, lo que significa que a veces pueden hacer procedimientos más complejos", anotó. Aunque añadió, "en el día a día, estas plataformas pueden ser costosas. Con algo como Orbis, también requieren un aeropuerto capaz de acomodar un avión".
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Condiciones curables
Según estima la Organización Mundial de la Salud, 253 millones de personas tienen discapacidad visual en todo el mundo, el 80% de ella se puede prevenir o curar. La clave es la concientización y la detección temprana, ya sean cataratas o glaucoma.
Ambas son muy comunes en Camerún y en todo el mundo.
"Hay más de 500,000 personas aquí en Camerún que son ciegas o tienen visión reducida", dijo Lord. "El 75% de ellos, 375,000 personas, tienen enfermedades tratables".
Para Tchakounte, la cirugía para corregir su fractura facial significaba la oportunidad de volver a trabajar. Él labora como técnico veterinario y no había podido trabajar desde el accidente porque no podía ver para conducir una motocicleta.
Mientras el equipo quirúrgico preparaba a Tchakounte, éste se mostraba confiado en el resultado. "Sería bueno tener mi ojo como antes del accidente, ver sin problemas, conducir de nuevo", dijo.
En el quirófano del avión, Johnson colocó un implante en el suelo orbital para levantar el ojo de Tchakounte, alineándolo con su ojo derecho. Se esperaba que eso corrigiera la doble visión.
Después de una hora y media, la cirugía había terminado. Tchakounte fue sacado de la sala de operaciones y llevado a la sala de recuperación. La única señal de que la cirugía se realizó dentro de un avión era el reflejo de las ventanas de la aeronave en el vidrio que protegía el quirófano.