Juan no es el único que no ejerce la profesión que estudió. Hay miles de casos, como el de Sofía Soto, que egresó de Diseño Gráfico en el año 2008. Su primer empleo fue en un local de lonas y folletos, donde ganaba 800 pesos a la semana. Un año después, decidió buscar un nuevo reto laboral en su área. Al no encontrarlo, aceptó un puesto administrativo en una comercializadora y luego entró como ejecutiva de cuenta en una agencia de Relaciones Públicas. “Se me facilitó este trabajo y ya llevo siete años en la empresa. Si hubiera picado más piedra, tal vez habría encontrado algún puesto en diseño. Pero después de cuatro años de no encontrar nada, ya no quise seguir por ese camino”, comenta.
En México, cinco de cada 10 egresados trabaja en algo que no estudió, y uno de cada cuatro se emplea en la economía informal, de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
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Anthony Mann, analista de educación de dicho organismo, asegura que esto es una preocupación importante en el país. Por un lado, los jóvenes no encuentran los trabajos que quieran. Y, por el otro, a las empresas les falta talento. ¿Qué está pasando? Según este experto, los estudiantes no se están preparando bien para ocupar las vacantes disponibles. “El creciente mundo laboral busca jóvenes que sean —o que puedan llegar a ser— efectivos en la aplicación de sus conocimientos y habilidades en situaciones nuevas y cambiantes”, señala.
Así como el 50% de los profesionistas mexicanos no ejerce en lo suyo, el 52% de las empresas asegura enfrentar dificultades para cubrir sus vacantes, según el estudio Escasez de Talento 2020 de la firma de capital humano Manpower.