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El veterinario que no estudió negocios, pero dirige con éxito un parque temático

Ithiel Berrum es veterinario por la UNAM, no estudió administración ni nada relacionado con los negocios, pero su visión y pasión por preservar la vida silvestre lo llevaron a dirigir Reino Animal.
vie 09 diciembre 2022 03:32 PM
Ithiel Berrum
Ithiel Berrum estudió Medicina Veterinaria en la UNAM. Desde niño leía todo lo relacionado con animales marinos y le encantaba la vida silvestre en general.

Dirigir una empresa, siendo veterinario, no fue su mayor desafío profesional. Para Ithiel Berrum, CEO de Reino Animal, el reto más difícil fue cambiar la percepción de las personas que creían que el parque temático era un zoológico donde se maltrataba a los animales.

“Varios ambientalistas radicales empezaron a devaluar la labor de los zoológicos, viéndolos como lugares no aptos para algo positivo, sino como cárceles de fauna. Entiendo que muchos pueden ser eso, pero otros no”, dice el directivo.

Esta idea impactó en los ingresos de taquilla de Reino Animal. “Mucha gente se tatuó: no voy a ir a ese lugar porque estoy favoreciendo el maltrato animal”, comenta. Era 2012, y Berrum, quién tenía tres años como director general del parque, sabía que la respuesta estaba en una estrategia de mercadotecnia y comunicación.

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“Empezamos a mostrar todo lo que hacemos en el parque, que producimos nuestro propio alimento vegetal y al nombre añadimos el distintivo ‘centro de conservación de la vida’. Un slogan para posicionarnos en una categoría distinta a lo que hay”, detalla.

Él no era un experto en marketing, tampoco en negocios. Estudió Medicina Veterinaria en la UNAM. Desde niño leía todo lo relacionado con animales marinos y le encantaba la vida silvestre en general.

Antes de llegar a Reino Animal trabajó en un proyecto para instalar sistemas de información que hicieran más eficiente la producción porcina. Luego estuvo en otra iniciativa para mejorar los sistemas hospitalarios y después pasó a la consultoría.

A Reino Animal llegó por invitación de un amigo veterinario que los asesoraba. Berrum contribuyó con algunas ideas para mejorar el parque, entre ellas la conceptualización del lugar, que si bien estaba basado en fomentar la interacción con la fauna para aprender a admirarla y respetarla, los dueños, Grupo Questro, no tenían experiencia en la operación de un parque como este.

De consultor, escaló a gerente de Operación y un año después asumió la dirección general. Su primer objetivo fue crear una estructura que permitiera que el lugar funcionara como un pequeño país que se recibe a muchos invitados de diferentes culturas y nacionalidades.

Su labor es que la fauna esté en buenas condiciones, pero también que las áreas de Reino Animal sean temáticas y educativas. “Tiene que haber una introducción, una serie de pasos a seguir para que la historia se cuente de forma interactiva. Al principio yo no participaba en las decisiones arquitectónicas, pero sí conceptuales. Después fui aprendiendo, hasta hacer diseños arquitectónicos y tomar decisiones de negocio”.

Alejandra Ortiz, consultora de liderazgo en la firma global Spencer Stuart, comenta que tener a los líderes preparados para ejecutar la estrategia del negocio es una ventaja competitiva difícil de igualar por los competidores. Además, si cuentan con modelos ejemplares, los colaboradores los replicarán.

No obstante, estos líderes no necesariamente tienen que haber salido de una escuela de negocios o haber cursado un MBA para ser buenos estrategas, señala. Mucho influye la disposición de aprender nuevas competencias y de combinar saberes para potenciar el resultado.

Berrum considera que su profesión le permite atender la parte de veterinaria del parque, el bienestar animal, la estructura y el mantenimiento. “Soy un contralor que debe entender todos los aspectos del lugar. Un puente entre los conocimientos que debe tener cada gerencia porque el núcleo es la biodiversidad”.

A su parecer, la veterinaria parte de diagnosticar un problema y posteriormente dar un buen tratamiento. Bajo ese principio es como diagnostica y soluciona problemas de negocio.

El directivo entró al parque en febrero de 2008, que en ese entonces tenía un inventario de 300 ejemplares, aproximadamente de 50 especies, así como tres áreas operativas, entre ellas, un safari y una granja.

Hoy, Reino Animal tiene 10 zonas con 137 especies, 1,400 ejemplares en ambientes controlados y está restaurando 52 hectáreas del terreno. Cuenta con un proyecto de identificación de especies silvestres, a través del cual ya reinsertó a 502 especies de forma silvestre que viven en el centro.

Alianzas estratégicas

El 50% de los ingresos del lugar provienen de las entradas de cuatro principales fuentes: familias, escuelas, empresas y turistas. El 25% se lo lleva el consumo interno, es decir, alimentos y bebidas, recuerdos y fotografía, mientras que el otro 25% corresponde a las alianzas empresariales.

“Varias áreas descansan en coinversión directa, siempre y cuando ellos sean los anfitriones y comulgue con la visión e identidad de Reino Animal. Por ejemplo, para el aguilario contamos con el apoyo de Club América y para el santuario del Jaguar contribuyó Kinder Sorpresa”, revela.

Entre sus patrocinadores está Grupo Maseca, Grupo Ferrero, Discovery Networks con la marca Animal Planet, Club América, Banorte, Apple y Bloqueplas. Para el directivo también es importante tejer puentes con el gobierno. Actualmente tienen relación cercana con la Semarnat y dependencias afines como la Comisión Nacional de Áreas Verdes Protegidas y la Dirección General de Vida Silvestre.

“Eso nos permite tener tanto las licencias y estándares para operar, pero también ser el centro de acopio de animales que ellos necesitan incautar; nosotros fungimos como refugio, casi 70% de las especies del parque fueron llevadas por la Semarnat”. Uno de ellos es Shack, un jaguar de tres meses que encontraron en Tuxtla, Gutiérrez.

Berrum refiere que en 2020 disminuyeron a la mitad los ingresos, debido a la pandemia y al cierre de las instalaciones durante seis meses. En 2021, el impacto fue del 35% y este año se estima una baja del 30%, comparado con los números de 2019.

Sin embargo, el directivo está optimista porque el año que viene van a abrir nuevas áreas, entre ellas, está la ampliación del santuario del jaguar, un espacio para valoración de candidatos a la liberación, una casa ecológica para que los visitantes aprendan a tener una vida más sustentable, un cuarto de producción de cultivo protegido y limpieza del agua y el santuario del lobo mexicano. “Para 2023, esperamos una completa recuperación e incluso ya un poco de crecimiento”, externa.

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