En el mercado laboral, esta práctica se ha vuelto muy común y también responde a la situación económica que vive la gente y, en ocasiones, a la desesperación por encontrar empleo. Sin embargo, es un acto deshonesto que no siempre ayuda a los postulantes.
De acuerdo con evaluaciones realizadas por Midot, durante 2022 se retiró alguna oferta de trabajo a más de 100,000 candidatos porque sus evaluaciones arrojaron información sobre comportamientos deshonestos. Incluso, al realizar una prueba de integridad laboral, se detectó que 13,842 personas intentaron manipular el examen o hacer trampa, con ayuda de externos, lo que corresponde al 1.5% de las evaluaciones analizadas por la firma de análisis.
Estas cifras se desprenden de una evaluación realizada a un millón de pruebas de integridad a candidatos en distintas industrias en México, de las cuales alrededor de 440,000 fueron monitoreadas a través de alguna tecnología a distancia y 36% se realizó en teléfonos móviles.
¿Los reclutadores pueden detectar información falsa en un CV?
Hoy día, existen diferentes señales de alerta que pueden indicar que un candidato está presentando información falsa en su CV. El screening de CV es una práctica cada vez más extendida para verificar las mentiras. Y hay herramientas digitales que detectan cuando el candidato se intercambia por otra persona para responder la parte más difícil de la psicometría.
Jose Vázquez, director de PageGroup para el sector finanzas, señala que, como reclutadores, siempre hay que prestar atención a los detalles en el CV del candidato. Por ejemplo, si éste afirma tener habilidades o experiencia específica, es importante preguntar detalles específicos de su experiencia y cómo ha aplicado esas competencias en trabajos anteriores.
Otro indicador, dice, es si el candidato exagera su experiencia o habilidades en el CV. Si parece demasiado bueno para ser verdad, es posible que no lo sea. Además, los empleadores pueden realizar verificaciones de antecedentes, como pedir referencias laborales y educativas, para confirmar la información del candidato.
“La presentación de información falsa en un CV es un acto de deshonestidad que puede tener graves consecuencias para todas las partes involucradas, y es importante que todos sepamos cómo detectar una posible mentira”, comenta.
Los actos deshonestos en la organización
Pero mentir en el CV es solo el inicio de la cadena. Un postulante deshonesto, puede convertirse en un empleado deshonesto. Las acciones poco éticas más cometidas por los empleados y que se observan en todas las organizaciones, sin importar el tamaño del negocio, son suplantación de identidad, no cumplir con horarios establecidos, tomar descansos excesivos, baja productividad, rumores, favoritismos, acoso, robo hormiga, soborno y malversación de recursos de la empresa.
En el último año, estos actos incrementaron 20% y donde más se presentaron fue en operaciones, contabilidad y finanzas por tratarse de áreas que manejan el flujo de efectivo y recursos materiales en las organizaciones.
Le sigue la alta dirección y las áreas comerciales, ”existe el paradigma de que a menor ingreso más susceptibilidad hay de cometer actos deshonestos; sin embargo esto no es real. Los altos ejecutivos cometieron el 23% de los comportamientos inadecuados durante el año”, refiere Calderón.
Por otro lado, 85% de los actos deshonestos fueron presentados en Pymes, y por sector, los que tienen mayor incidencia de deshonestidad laboral son el bancario, el financiero, de servicios, logística y retail, según el estudio.
El costo de la deshonestidad
Acorde con el directivo de la firma de análisis, los comportamientos deshonestos o ilícitos pueden representar un 10% de los ingresos anuales de una compañía. Y esto no es poca cosa considerando que muchas empresas quieren crecer a doble dígito. Esto significa que están avanzando dos pasos y retrocediendo uno.
Para una Pyme, este porcentaje tiene mayor impacto negativo, ya que por su estructura y tamaño tiene mayor dificultad para soportar esta pérdida. De hecho, el comportamiento inadecuado puede propiciar el quiebre de la compañía.
Asimismo, el impacto no sólo está en los resultados, sino en la productividad empresarial, que se puede ver mermada hasta en un 40%. Esto conduce a un mal clima laboral, alta rotación y un costo adicional para la empresa que debe invertir de nuevo en procesos de atracción de talento y onboarding.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Los voceros consultados coinciden en la importancia de que las compañías cuenten con códigos de conducta, de ética, procesos claros, políticas que den forma y fondo a todas las áreas de la empresa.
No menos importante es seguir evaluando al personal para ver cómo se encuentran a lo largo de los años en la empresa, y se sugiere tener un buzón anónimo y una comunicación directa con los líderes “porque sabemos que cuando se comete un acto deshonesto hay más de dos personas involucradas y hay quienes saben, pero no lo denuncian”, asegura Calderón.
Para Ivonne Mijares Aguilar, coach empresarial y docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), un comportamiento deshonesto es el reflejo de una cultura organizacional tóxica. No obstante, no es la única razón para que la persona se comporte de manera inadecuada o pasivo-agresiva.
Se pueden dar mayoritariamente en lugares donde el empleado no puede expresar lo que siente, si hay represalias por decir lo que piensa o si siente que no está creciendo dentro de la empresa, ni que es parte de ella. También cuando hay un carente liderazgo y pocas oportunidades de desarrollo y escucha activa.
“Si las personas tienen la posibilidad de moverse lo van a hacer. Y quienes no puedan hacerlo de forma inmediata buscan alternativas para expresar su enojo. Muchas veces la reacción que tomen está relacionada con la educación que se genera por su contacto con la vida y a veces no se da en un acto ilícito, sino con bornout o una enfermedad”, explica.
De ahí la importancia de seleccionar bien al talento. Pero que la empresa empleadora tenga bien definidos su valores y que estos empaten con los del postulante y con los del colaborador.
La empresa siempre debe ocuparse de la experiencia del empleado. Y ésta comienza desde su proceso de selección hasta cómo se desenvuelve en la organización, como es la incorporación de la persona a su área, cómo aprende, como se relaciona, y qué recibe por parte de la compañía.
“Hoy día, las personas no necesariamente buscan asumir la dirección de un área. Lo que más valoran para sentirse parte de la organización es el cuidado, estar en equipos colaborativos, aprender día con día, tener retos y saber que la empresa se preocupa y ocupa de su gente”, concluye.