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Karla Souza demuestra que sí es posible acceder a empleos no tradicionales

La mexicana comenzó su carrera tocando puertas. No tenía contactos en la industria cinematográfica y ahora es una actriz reconocida a nivel mundial y embajadora de la marca Moët & Chandon.
mié 10 mayo 2023 12:56 PM
Karla Souza
Karla es una figura icónica, admirada y querida del cine mexicano, reconocida no sólo por haber abierto brecha en Hollywood sino por haber dado voz a las mujeres y a su lucha en numerosos proyectos.

Karla Olivares Souza quiso ser actriz desde la primera vez que vio una película. Recuerda que su papá ponía canciones y la hacía imaginarse qué estaba pasando en cada letra y cuál era la historia que había detrás, como si se tratara de un cortometraje.

“Era zapatero, yo no sé de dónde le salió ese gusto por el cine, la música, el arte, pero él también alimentó mi gusto por querer ser actriz. A mí las historias me atravesaban el corazón, me hacían reflexionar sobre mi propia vida, mis heridas y sueños. Yo quería lograr eso: impactar a otra a otra persona de esa manera”, cuenta.

Souza no tenía percepción de lo que era un productor o un director de cine, únicamente sabía de los actores porque es lo que veía en la pantalla. Estudiaba en la escuela John F. Kennedy, en Querétaro, pero tampoco daban clases de teatro. Para ella, resultaba difícil visualizarse en otra carrera que no fuera la actuación.

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Después su familia se mudó a Francia. “Ahí sí había teatro, música, baile”, dice emocionada, así que empezó a prepararse para audicionar en cinco escuelas de Inglaterra y la aceptaron en una, en el Central School of Speech and Drama, en la Universidad de Londres. “Entré de ‘panzaso’. Audicionan como 3,000 para entrar y sólo se quedan cinco mujeres y cinco hombres, me sentí muy afortunada”.

Aunque el camino para llegar a la pantalla grande no fue fácil. El ámbito profesional estaba tan lejos de lo que ella aprendía en el salón de clases, “estábamos pretendiendo ser actores, pero el mundo donde te pagan por ser actor era muy distante”.

Su confianza creció cuando ganó una competencia en la universidad y fue premiada por gente que ya estaba haciendo cine. “Todos mandamos nuestros guiones, ahora lo veo y digo: tal vez me lo dieron por cuota, quién sabe, pero me dieron mi dinerito con el que pude hacer un cortometraje. Eso fue lo que más me impulsó a pensar que sí iba a poder lograrlo en el ámbito profesional”.

Pero a Souza no le dieron trabajo en Inglaterra o en Nueva York. “¿Qué voy a hacer?, me pregunté. Luego alguien me dijo que en México existe la industria más efervescente y etérea, y que no necesitabas manager ni agente, estoy hablando de hace 10 años. Yo no conocía a nadie, en mi familia no eran actores. Y pues así llegué, a tocar puertas con mi book en la mano”.

Aunado a eso estaban los prejuicios sobre la profesión. Su mamá creció en el mundo donde ser actriz era igual a ser prostituta, “ella lo decía”, menciona Souza. Su abuelo nunca dejó que sus madre actuara y ése fue su sueño frustrado.

Su papá, por otro lado, tuvo un acercamiento con la fama, ya que el medio hermano de Karla, Adrián Olivares, fue miembro del grupo puertorriqueño Menudo. No obstante, para él fue una luz roja sobre lo que significaba ese medio y trató de proteger a su hija de todo lo oscuro que encerraba.

Poco a poco esos prejuicios se fueron quitando. Su familia comenzó a ver la parte positiva del cine, de lo poderosa que puede llegar a ser esa carrera, de poder hacer cambios en la sociedad, de cambiar la cultura y dar un giro de tuerca.

Ya en México, Souza aprendió que los actores son una parte de todo el ecosistema; como actriz, tenía muchos comentarios sobre la escena, el guión, la locación, el vestuario, “vi que eso era tener mucho más que ver con la historia, había una producción detrás, un director y empiezo a abrir mi paleta de experiencias conforme avanzaba mi carrera”.

Hoy, en su filmografía se cuentan cintas como Nosotros los Nobles y Todos queremos a alguien y series como How to Get Away with Murder y Home Economics, además de la película La caída (Dive), de la que es protagonista y productora y que ayudó a visibilizar problemas estructurales en el mundo del deporte y a dar a las mujeres víctimas de ellos no sólo voz, sino agencia.

A Souza también le gusta la pintura, el diseño de interiores y definitivamente quiere dirigir. Actualmente, está enfocada en colocar sobre la pantalla una agenda de género que dé voz a más mujeres con una paridad salarial. Está leyendo historias y buscando proyectos para probar la dirección.

Para Adriana Arrazola, coach de vida enfocada en reinvención profesional, el mundo del trabajo está cambiando. Por lo regular en la escuela no enseñan cómo generar tus propias fuentes de empleo ni a trazar tu vida profesional con base en lo que tú quieres hacer y mover.

“Sí es posible acceder a empleos no tradicionales. Con una computadora e internet puedes llegar a cualquier parte del mundo. Hay que abrirse a como se está abriendo el mercado. Antes se pensaba local, ahora puedes pensar global en el sentido de que puedes tocar puertas más allá de una ciudad”, aconseja.

La alianza con Moët & Chandon

La plataforma Toast for a Cause de Moët & Chandon, cuyo capítulo mexicano se aboca a dar impulso a los nuevos talentos cinematográficos mediante una convocatoria para los estudiantes de la Universidad de Guadalajara, inició su tercer año sumando a Karla Souza como embajadora de marca.

El 4 de junio, en el marco del Festival de Cine en Guadalajara, Souza y el cineasta Manolo Caro anunciarán los tres guiones seleccionados para participar en una incubadora de guionistas. En ella, los ganadores trabajarán en un taller a lo largo de tres meses y luego Manolo, Karla y un equipo especializado en la preparación de carpetas ayudarán a realizar sesiones de pitch con posibles productores y/o plataformas de contenidos.

“Como productora entiendo la importancia de incluir historias que sí tengan una responsabilidad social, además de entretener. Lo que me encanta de trabajar con Moët & Chandon es que los chavos que no tienen contactos en el cine puedan lograrlo. A veces todo es a través de contactos y nepotismo y esta plataforma es como un túnel secreto de relaciones donde les estás dando un alcance e información valiosa para poder llegar, porque hay cosas que no te enseñan en la escuela, pero que se maman de la experiencia y de la vida”, dice.

Los temas incómodos

Para Souza, el cine puede ser un disruptor de la cultura y como tal puede generar mucha controversia cuando se tocan temas incómodos como el machismo y la violencia de género.

“Muchas mujeres me han parado en las calles para agradecerme y decirme que esos temas las está afectando en su vida. Por eso he seguido en este camino, aunque ha sido incómodo y difícil. La Caída es la película más difícil que he hecho, pero no dejaré de hacerlo sabiendo que en México existe una necesidad de cambio muy importante”.

Gracias a La Caída se están implementando protocolos para prevenir el abuso y la violencia en menores en el deporte en México. “Ver un cambio tangible es el mejor regalo que puedo tener”, expresa.

Por eso cuidar su salud mental es una prioridad. “Si no estoy bien yo, no puedo enfrentar este tipo de conversaciones y temas. Creo igual que la incomodidad tiene mucha oportunidad positiva de implementar cambio y mi arma más fuerte es el arte. Hace cuatro años lo viví y denuncié en #MeToo, pero mi forma de contestar fue a través de una película y es lo que yo quiero seguir usando para atacar estos tabúes”, concluye la actriz.

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