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La transición será de universidad a multiversidad: David Garza, rector del Tec

Han pasado casi 80 años desde la fundación del instituto tecnológico con campus principal en Monterrey. Su identidad se encuentra en un proceso de redefinición nunca antes visto.
lun 31 julio 2023 05:56 AM
David Garza
David Garza, rector del Tec de Monterrey.

Seguramente Don Eugenio Garza Sada no estaría conforme con la situación actual del Tecnológico de Monterrey, institución educativa por él fundada el 6 de septiembre de 1943 en la capital de Nuevo León.

Su idea era replicar en México el modelo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), donde se graduó en 1916 como ingeniero civil. Aún hace falta mucho camino para lograr esa hazaña a cabalidad.

De acuerdo con la clasificación mundial de universidades QS, edición 2024, el Tec consiguió el lugar 184, detrás de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el lugar 93. El MIT obtuvo el primer lugar.

“Don Eugenio Garza Sada diría: vamos bien, pero todavía nos falta”, platica David Garza, rector del Tecnológico de Monterrey, quien considera que para superar los retos educativos actuales, la reacción correcta no es la complacencia, sino la transformación.

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Rumbo a una estructura de multiversidad

David Garza plantea una serie de cambios cuyo común denominador es el prefijo multi, lo cual haría del Tec de Monterrey una institución distinta a lo que había sido hasta la fecha. En términos generales, la meta es moverse de la unidireccionalidad a la multidireccionalidad en la enseñanza y el aprendizaje.

“Vamos a transitar de universidad a multiversidad, porque hay varios multis que tienen que ver con este proceso. El Tec será multiinstitucional, porque la pandemia nos enseñó a abrirnos y a colaborar con otras instituciones; también será multidimensional, porque hoy estamos viendo con la evolución de la inteligencia artificial que los jóvenes no solamente deben de crecer intelectualmente, sino también en otras dimensiones como la espiritual, la emocional y la física”. explica Garza.

En este tenor, también viene una transición hacia la multiplataforma, porque anteriormente la educación sucedía fundamentalmente en un salón de clases, pero ahora, desde la rectoría del Tec, Garza ha constatado que puede ocurrir a distancia e, inclusive, en espacios de realidad virtual o metaversos.

La multidisciplinariedad es otro atributo que, según Garza, el Tec pretende desarrollar aún más para enfrentar retos sociales que difícilmente se resolverán desde la visión de una sola disciplina académica.

Y el cambio hacia la multiorganizacionalidad no puede quedarse atrás, lo cual implica abandonar el antiguo esquema donde la universidad funciona como una caja donde entran estudiantes y salen egresados.

“Esa caja se va a abrir para poder diseñar no solamente planes de estudio, sino también acreditaciones con las cuales los alumnos puedan comprobar competencias y conocimientos no adquiridos en la academia, pero sí en el trabajo”, añade Garza.

La transición, según el rector del Tec, también tiene que darse en la percepción que la mayoría de la población tiene de las universidades, donde se cree que viven personas de una esfera elevada y sublime, apartados del mundanal ruido de la vida cotidiana.

“Sin duda, las universidades son consideradas como una torre de marfil no conectada con lo que necesitan las empresas y con lo que está ocurriendo en la sociedad; tenemos que salirnos e ir más allá de esa visión.”

De ahí que las universidades, conforme con Garza, estarían cumpliendo apenas con su deber mínimo si preparan a jóvenes solamente para el trabajo. La complejidad del mundo moderno requiere de más.

“Como dicen en inglés, eso sería apenas el must. A los estudiantes también hay que prepararlos para la vida en general, porque queremos que sean buenos ciudadanos, líderes y emprendedores.”

Garza además señala que es urgente erradicar el síndrome de “no inventado aquí”, el cual se relaciona con la mala inclinación de algunos investigadores universitarios de solamente querer participar en proyectos 100 % originales, de tal manera que ellos solos puedan llevarse todo el crédito de los resultados.

Detrás de esta tendencia se encuentra precisamente la concepción de la universidad como torre de marfil, donde viven genios que, bajo ninguna circunstancia, realizan labores de ayudantes o aprendices de otros investigadores, quienes quizá se les adelantaron en el camino de la innovación; esto significaría bajar de categoría.

“Hay que aprender a voltear a otros lugares donde ya han avanzado más y ver más bien cuál es el valor agregado que se puede dar, y por otros lugares me refiero a una industria u otra institución educativa”, aconseja Garza.

Todas estas transformaciones son como un tren al cual hay que subirse lo más pronto posible. El plazo límite para abordar con los dos pies al vagón es 2030, año en que Garza quiere que el Tec se encuentre en plena sintonía con la Agenda de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

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“Los grandes proyectos comienzan de manera muy sencilla”

Respecto al objetivo de ingresar al grupo de las 100 mejores universidades del mundo, según la clasificación QS, Garza estima que no es esencial, sino más bien el fruto de una aspiración superior: impactar positivamente en la sociedad.

“En el Tec buscamos que nuestras investigaciones se traduzcan en corto plazo en innovaciones que puedan resolver problemas sociales; es decir, no nos mueve el ranking, sino el impacto que podemos tener, y si por añadidura esto es reconocido por organizaciones externas, nos dará gusto.”

De los prácticamente 80 años de vida del Tec, David Garza ya cumplió ahí 38 años como trabajador más cuatro años como estudiante, pues es egresado en 1985 de la carrera de Ingeniería en Ciencias Computacionales.

Aunque no le tocó conocer en vida a Don Eugenio, lo ha aprendido a conocer a través de sus obras y palabras que asume como directrices de gestión.

“Él decía que los grandes proyectos comienzan de manera muy sencilla, y ahora a Don Eugenio le diría que aún no ha visto el potencial completo del Tec, porque la historia apenas está comenzando”, concluye.

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