En teoría, las preguntas en entrevistas trabajo han experimentado una transformación significativa en los últimos años. De centrarse en la experiencia y cuestiones personales, ahora “deberían” enfocarse en las competencias blandas y técnicas, es decir, aquellas de tipo social como la adaptabilidad y resiliencia, además de aquellas que buscan evaluar el conocimiento técnico de un profesional, por ejemplo el manejo de software.
Esperanza Martínez, especialista en higiene laboral, asegura que antes de la pandemia una pregunta de cajón era "¿cómo te ves en cinco años?", pero hoy los reclutadores ya no pueden esperar que una persona responda esto porque los escenarios cambiantes es lo único certero.
Además, la fuerza laboral actual no es la misma que la de hace 10 años. Las nuevas generaciones permanecen en promedio tres años en la misma empresa y cuando se trata de puestos tecnológicos en demanda, el tiempo promedio es de dos años, según datos de la firma de reclutamiento PageGroup.
“Esta evolución refleja el cambio en las demandas del mundo laboral y la creciente importancia de las habilidades en la toma de decisiones de contratación. Un empleador que no haga las preguntas correctas está lejos de atraer y retener al talento”, advierte la experta consultada.
Pese a ello, las preguntas irrelevantes en las entrevistas de trabajo siguen siendo un problema persistente en algunos sectores laborales.
Las preguntas más desatinadas y fuera de lugar
En Expansión preguntamos a los lectores cuál había sido la pregunta más extraña que les hicieron en una entrevista de trabajo. Aunque expertos enfatizan que las preguntas deben enfocarse en habilidades, a la mayoría se les preguntó cosas vinculadas con religión, orientación sexual, vida personal y tono de piel.
- ¿Te sientes enviado de algún Dios?
- ¿Eres casado? ¿Cómo es tu relación sentimental?
- ¿Qué te gusta cocinar y/o comer cuando estás solo?
- ¿Cuál es tu signo zodiacal?
- ¿Tuviste una infancia feliz?
- ¿Te gustan las mujeres?
- ¿Con qué animal te identificas?
- ¿Eres católico? ¿Estás casado por la iglesia? ¿Estás bautizado?
- ¿Cuál es la marca y año de tu auto?
- ¿Por qué no te has casado?
- ¿De qué número calzas?
- ¿Alguna vez has abortado?
- ¿Has tenido amante en el trabajo?
- ¿Eres morenito? Es que la jefa está buscando cierto perfil.
- ¿Tienes novio? ¿Cuánto tiempo tienen de relación?
- ¿Tu esposo te da permiso de trabajar?
- ¿Qué haces cuando los testigos de Jehová tocan a tu puerta?
- ¿Quién va a cuidar a tus hijos mientras trabajas?
- ¿Te gustan los tacos? ¿Tienes inconveniente en llevar una dieta saludable?
- ¿En qué municipio vives y por qué vives ahí?
- ¿No tienes problemas en tener a una mujer como jefe?
- ¿Has fumado alguna vez mariguana?
- ¿Cuántas gelatinas podrías vender al día?
- ¿Has consumido drogas?
- ¿Has tenido relaciones homosexuales?
- ¿Con cuál personaje de ciencia ficción te sientes identificado?
- ¿Por qué no quieres tener hijos?
- ¿En qué te gastas el dinero?
- ¿Sabes bailar?
- ¿Qué tan de cristal te consideras?
- ¿Qué piensas de AMLO?
Las consecuencias de no saber preguntar
Preguntas sobre el estado civil, la religión o las preferencias sexuales de un candidato no tienen lugar en una entrevista de trabajo. Esto va en contra de las normas del trabajo digno, según la Ley Federal del Trabajo. En los artículos 2 y 3 de esta ley se establece claramente que el trabajo debe realizarse sin discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones, preferencias sexuales o estado civil.
“Preguntas relacionadas con la apariencia física, la vida sentimental o la vida personal no tienen relevancia alguna para determinar si alguien está calificado para desempeñar un trabajo específico”, reitera Martínez.
Los reclutadores y empleadores deben centrarse en preguntas que evalúen las habilidades, la experiencia y las competencias pertinentes para el puesto. Preguntas sobre la capacidad de trabajo en equipo, la resolución de problemas o la adaptabilidad son ejemplos de consultas que pueden brindar información valiosa sobre un candidato. Además, las preguntas deben seguir las pautas éticas y legales para garantizar un proceso de selección justo y sin discriminación.
En última instancia, añade Ventura, es esencial que los reclutadores se centren en preguntas que sean relevantes para el trabajo y que respeten la privacidad y la dignidad de los candidatos. “Esto contribuirá a crear un proceso de selección más efectivo y justo, donde los candidatos sean evaluados de manera justa y equitativa en función de sus méritos y habilidades, en lugar de características personales o preferencias irrelevantes”.