La violencia laboral abarca cualquier acción que cause daño, intimidación o violencia física o psicológica en el trabajo. Puede incluir acoso verbal o físico, discriminación, abuso de poder, despido silencioso, hostigamiento y otros comportamientos que perjudiquen la salud y el bienestar de los empleados.
El acoso de género, en particular, es una preocupación global. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), casi una de cada tres mujeres ha experimentado acoso sexual y/o violencia laboral en algún momento de su vida profesional. Estas conductas, arraigadas en desequilibrios de poder y normas sociales patriarcales, contribuyen a perpetuar la discriminación y la desigualdad en el ámbito laboral.
Clelia García, directora del área clínica de Terapify, resalta que estos comportamientos no surgen en el vacío, sino que están influenciados por la falta de educación en igualdad de género y la normalización de comportamientos machistas. Además, la ausencia de sanciones efectivas agrava la prevalencia de estas conductas.
El Convenio 190 de la OIT reconoce el derecho de todas las personas a un entorno laboral libre de violencia y acoso, incluyendo el acoso por razón de género. Sin embargo, para combatir eficazmente esta problemática se requiere de un compromiso conjunto entre empresas, empleados, sindicatos y gobiernos para implementar políticas efectivas y fomentar una cultura organizacional basada en el respeto y la igualdad de condiciones.
Erradicar la violencia desde la empresa
Estefanía Rueda, socia del despacho laboral Littler, puntualiza que todas las empresas en México deben cumplir con la Norma Oficial Mexicana 035 (NOM-035), que además de conocerse como la norma contra el estrés laboral, plantea que las organizaciones deben tener canales de denuncia efectivos para que los empleados puedan reportar cualquier incidente de violencia laboral.
La abogada recomienda implementar una cultura preventiva dentro de las compañías, ofrecer capacitaciones periódicas de sensibilización sobre el tema y promover políticas internas que prohíban cualquier forma de hostigamiento, discriminación, acoso o violencia física, psicológica o verbal. Asimismo, sugiere establecer un protocolo claro para la atención de casos de violencia laboral.
Rueda subraya llevar a cabo investigaciones exhaustivas y aplicar sanciones proporcionales a la gravedad de cada caso. Estas sanciones pueden variar desde amonestaciones verbales o escritas hasta la rescisión del contrato de trabajo, según la situación.
Uno de los pasos para combatir la violencia laboral es identificar claramente la relación entre la víctima y el acosador, ya que esto determinará los pasos a seguir. Antes de la pandemia, las empresas solían mover a una de las partes involucradas a otro centro de trabajo si ambos colaboradores estaban en el mismo lugar físico.
Sin embargo, Fernando Sentíes considera oportuno que, con el aumento del trabajo a distancia, estas políticas deban adaptarse a las plataformas digitales y cerciorarse de que la víctima no se vea afectada en su trabajo, rendimiento, salario ni horario.
Clelia García también sugiere que para combatir la violencia laboral y el acoso sexual hacia las mujeres es necesario un enfoque multifacético que incluya implementar programas de capacitación en igualdad de género y respeto en el lugar de trabajo para todos los empleados, desde los niveles más bajos hasta la alta dirección.
Desarrollar y comunicar políticas internas claras que prohíban el acoso y la violencia, junto con procedimientos seguros y confidenciales para denunciar incidentes. Ofrecer recursos como asesoramiento legal y psicológico para las víctimas de acoso y violencia laboral y asegurar que haya consecuencias reales para los agresores, incluyendo la posibilidad de despido y acciones legales.
¿Qué hago si soy la persona afectada?
Evalúa la situación de forma imparcial para determinar si estás siendo tratado injustamente o si existe un malentendido.
Comunica tus sentimientos y preocupaciones a la persona responsable en un tono calmado y profesional, solicitando respeto en la interacción laboral.
Si te sientes incómodo confrontando directamente a la persona responsable, considera utilizar los canales internos de denuncia de la empresa, como líneas telefónicas confidenciales o correos electrónicos.
Busca orientación y apoyo de colegas de confianza, mentores o profesionales de recursos humanos para abordar la situación de manera efectiva.
Lleva un registro detallado de cualquier incidente o comportamiento inapropiado, incluyendo fechas, personas involucradas y descripciones precisas.
Si la situación no mejora o si crees que estás siendo víctima de acoso o discriminación, considera buscar asesoramiento legal o apoyo externo, como sindicatos o agencias gubernamentales de derechos laborales.
Prioriza tu bienestar emocional y busca apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental si lo necesitas durante este proceso.