Esperanza Granados, especialista en higiene laboral, coincide con esta postura y enfatiza que el teletrabajo, sin una correcta gestión emocional, puede derivar en problemas de salud mental. “Las personas necesitan interactuar y sentir que son parte de algo. La ausencia de contacto físico y la falta de dinámicas de equipo hacen que los teletrabajadores se sientan desconectados, y eso afecta directamente su estado emocional”, menciona.
Aunque las reuniones virtuales y los mensajes instantáneos ayudan a mantener cierta comunicación, Gallup encontró que, al prolongarse, estas interacciones no resultan tan satisfactorias como el contacto cara a cara, y pueden incluso incrementar el cansancio y el desánimo entre los empleados. Los teletrabajadores no solo enfrentan más dificultades para construir relaciones significativas con sus colegas, sino que son más propensos a sentirse desmotivados y desconectados del propósito de su trabajo.
Además, Granados advierte que el teletrabajo puede limitar la visibilidad del empleado ante sus superiores, afectando sus oportunidades de crecimiento profesional en empresas donde la interacción presencial es clave en la toma de decisiones de promoción. Sin embargo, también es cierto que muchas organizaciones han adoptado prácticas equitativas para evaluar el rendimiento, enfocándose en resultados y objetivos alcanzados en lugar de la presencia física.
“El potencial de ascender depende en gran medida de la cultura de la empresa y del perfil del empleado. Aquellos que mantienen una comunicación proactiva, muestran resultados sólidos y buscan desarrollar habilidades pueden avanzar desde cualquier lugar”, subraya.
Un desafío para el liderazgo moderno
A pesar de sus desafíos emocionales, el teletrabajo también ofrece ventajas. La flexibilidad en el horario permite a los empleados gestionar mejor su tiempo y facilita la conciliación entre vida laboral y personal. La eliminación de los desplazamientos diarios reduce el estrés y los costos asociados al transporte, además de contribuir a un impacto ambiental positivo. Las empresas, por su parte, ven en el modelo remoto una oportunidad de reducir costos operativos y acceder a una mayor diversidad de talento, sin limitaciones geográficas.
Para evitar que los empleados en un modelo 100% remoto experimenten tristeza o se sientan desconectados, los especialistas consultados dicen que es fundamental implementar estrategias que fomenten la interacción y el sentido de pertenencia mediante una cultura organizacional inclusiva.
Esto implica que, desde el proceso de inducción, los empleados remotos comprendan y compartan los valores y objetivos de la empresa. Programas de mentoría y reuniones de bienvenida virtuales pueden facilitar la integración y ayudar a los nuevos empleados a conocer mejor a sus compañeros.
Asimismo, actividades de capacitación y desarrollo personal en línea pueden ser una forma efectiva de mantener a los colaboradores comprometidos, mientras que el acceso a recursos de salud mental y bienestar puede ayudar a contrarrestar el aislamiento y mejorar su estado de ánimo.
Mario Elsner sugiere que los líderes favorezcan espacios de interacción social virtual, como reuniones informales o eventos en línea donde los empleados puedan socializar más allá de las tareas laborales. “Es importante generar instancias donde los colaboradores puedan compartir experiencias y sentirse parte de un equipo, incluso si están físicamente distantes”, menciona.
Esperanza Granados también habla de la comunicación continua y el reconocimiento del esfuerzo de los empleados. “La falta de contacto físico puede hacer que los trabajadores se sientan invisibles, por lo que es importante que los líderes reconozcan sus logros y mantengan un canal de comunicación abierto”, sugiere.
La especialista recomienda establecer reuniones regulares en las que los colaboradores puedan expresar sus preocupaciones o sugerencias, lo cual ayuda a que se sientan valorados y escuchados, un factor clave para evitar la desconexión emocional.
Aunque el trabajo remoto plantea retos en términos de salud emocional, también es un modelo con múltiples ventajas si se implementa con cuidado. Crear un entorno de apoyo, comunicación constante y oportunidades para la interacción social virtual permite a los empleados remotos mantener un sentido de pertenencia y compromiso hacia la organización, haciendo que el trabajo a distancia sea sostenible y beneficioso tanto para los colaboradores como para las empresas.