El análisis hecho por la bolsa de empleo también arroja datos sobre cómo se sienten los trabajadores al hablar de política con sus compañeros: el 34% de los empleados se siente cómodo al expresar sus opiniones con sus colegas, mientras que un 15% indica que solo se siente bien si el otro comparte su punto de vista.
En muchos casos, las opiniones políticas no solo generan incomodidad, sino que pueden afectar la cohesión y la confianza dentro de los equipos. Por otro lado, un 56% de los encuestados considera que las opiniones políticas deben expresarse abiertamente en el trabajo, lo que indica que más de la mitad ve estas conversaciones como una oportunidad para entender diferentes perspectivas o encontrar puntos en común.
Nelson Gómez, director de Indeed México, comenta que si bien las diferencias de opinión pueden crear tensiones en el ambiente de trabajo, sobre todo en periodos de cambio político, “es importante que las personas se sientan cómodas expresándose libremente, y para ello las empresas deben adoptar una postura de respeto a la pluralidad de opiniones”.
Para Gómez, aunque los debates políticos pueden ser valiosos para el intercambio de ideas, las organizaciones deben manejar estos temas con precaución, estableciendo reglas claras sobre cómo abordarlos y, al mismo tiempo, promoviendo el respeto y la tolerancia.
“La eficacia de los debates políticos en el lugar de trabajo depende de que los directivos fomenten el diálogo constructivo y establezcan límites claros. Las conversaciones respetuosas ayudan a crear un entorno seguro y a construir la confianza en el equipo”, señala Gómez.
El lado oscuro del debate
Sin embargo, las diferencias políticas también pueden tener consecuencias negativas. El estudio de Indeed muestra que el 21% de los trabajadores ha presenciado discusiones o peleas relacionadas con política en su lugar de trabajo, mientras que un 34% ha notado casos de acoso o consecuencias laborales por opiniones políticas.
Estos datos indican que, en un entorno laboral, expresar opiniones políticas sin una adecuada gestión puede generar problemas serios. Roberto Ventura, socio director de Neos RH Consultores, señala que el reto está en encontrar un balance donde las personas puedan expresar sus puntos de vista sin temor a represalias o conflictos.
“La política toca nuestros valores y creencias profundas, y al discutir estos temas en el trabajo, es fácil que una diferencia de opinión se perciba como un ataque personal. Las empresas deben crear una cultura de respeto y neutralidad para que las opiniones no deriven en enfrentamientos”, comenta Ventura.
El informe también revela que el 62% de los trabajadores mexicanos considera importante que sus empresas adopten una postura política, y más en contextos de transición de gobierno. Además, un 43% de los encuestados afirma que preferiría trabajar en una empresa, cuyo director general comparta sus convicciones políticas.
Al respecto, Nelson Gómez advierte que una postura política corporativa no siempre es la mejor estrategia, ya que puede polarizar a los equipos. “Los empleados buscan trabajar en un lugar donde sus valores sean respetados, pero las organizaciones deben ser cuidadosas al expresar posturas políticas, ya que esto podría dividir a su equipo en lugar de fortalecerlo”, menciona.
Ventura coincide en que, aunque estas discusiones pueden fortalecer el sentido de pertenencia, la clave está en manejarlas como intercambios de ideas, no como confrontaciones. “Cuando las personas pueden hablar de temas difíciles de manera respetuosa, se fortalece el equipo y se desarrollan habilidades para manejar desacuerdos. Esto no significa que la empresa deba tomar una postura política, sino que debe fomentar un espacio donde todos se sientan respetados”, explica.
Para eso, la gestión adecuada de estos temas permite que las empresas se conviertan en lugares donde los empleados se sientan valorados y seguros para compartir sus opiniones, contribuyendo a un ambiente de colaboración y entendimiento.
Las organizaciones deben fomentar una cultura de apertura y neutralidad, y establecer normas claras que permitan abordar estos temas sin que generen conflictos personales. Como sugieren los especialistas, la clave está en construir un entorno donde todas las perspectivas sean valoradas, sin comprometer el respeto y la convivencia entre los miembros del equipo.