Flexalia habilitó 15 estaciones de trabajo para estilistas, cosmetólogos, masajistas, pedicuristas, maestros de yoga y otros profesionales que buscan independencia sin asumir el costo de un local propio, pues los paquetes ofertados para ellos van desde los 99 hasta los 159 pesos mexicanos por hora, una diferencia abismal en comparación con una renta mensual y el pago de servicios como luz, agua e internet. Adicional, cuenta con un área infantil.
Hasta ahora, el modelo ha sido bien recibido por quienes han encontrado en Flexalia una alternativa para profesionalizar su trabajo sin amarrarse a compromisos a largo plazo. “Es un lugar donde puedes enfocarte en crecer, sin las preocupaciones administrativas de manejar un local”, comenta un maquillista que usa las instalaciones.
“Cuando tenía mi local, con dos o tres clientes al día salía perfectamente para la renta y pago de luz, agua e internet, el problema era esos días en los que no se paraba ni un cliente; eran días muertos en ganancia e inversión. Acá eso es diferente, sólo se renta el tiempo que vas a trabajar”, comparte Cortez.
La directora de Operaciones señala que Flexalia nació con la intención de brindar una segunda oportunidad a los locatarios que se vieron obligados a cerrar sus negocios debido a la pandemia. Muchos de ellos, con años de experiencia en sus respectivas áreas, se enfrentaron a la difícil decisión de abandonar su oficio o trasladarlo a un modelo más flexible.
Otras iniciativas
El auge de los espacios de trabajo independientes responde a una transformación más amplia en la economía laboral. Según la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), el 76% de los nuevos negocios cierran en sus primeros tres años, en gran parte por problemas de liquidez. Además, la falta de infraestructura accesible limita las oportunidades de quienes quieren emprender con recursos limitados.
En paralelo a esta realidad, en los últimos años, las alternativas para profesionales independientes se han diversificado, yendo más allá de un local físico. Las nenis, como se les conoce popularmente, surgieron como una respuesta a la crisis económica y al desempleo que trajo la pandemia.
Ante la falta de empleo formal y la necesidad de generar ingresos, miles de mujeres optaron por vender ropa, accesorios, cosméticos y otros productos a través de plataformas como Facebook e Instagram, y acordaban puntos de entrega en estaciones del metro o lugares públicos.
Este modelo de negocio ayudó a muchas familias a sostenerse económicamente y hasta visibilizó la fuerza del emprendimiento femenino en México. Con el tiempo, algunas mujeres emprendedoras evolucionaron sus negocios al establecer tiendas en línea o formalizar sus ventas con métodos de pago digitales y envíos a domicilio.
Otro ejemplo es el programa gratuito ‘Viernes de Ventas’, que Amazon lanzó este año en conjunto con ASEM para capacitar a pequeñas y medianas empresas en comercio electrónico, a fin de que emprendedores e integrantes de áreas de marketing y ventas de micro empresas que fabrican productos o los revenden, desde hechos a mano hasta producidos a nivel industrial, sean comercializados en Internet.
En un comunicado, Renata Arvizu, directora del Marketplace de Amazon México, dijo que hoy en día la plataforma tiene 27,000 vendedores en el país, un incremento de 50% respecto al año previo, quienes ofrecen 5 millones de productos en la tienda online.
Para Cortez, el trabajo independiente es una realidad en crecimiento. “Tener más opciones formales de venta es una necesidad para quienes han decidido construir su camino fuera de la nómina tradicional”.