Recorte presupuestal deja vulnerable a México ante una nueva pandemia

Un presupuesto "insuficiente" para una emergencia sanitaria

El presupuesto en Salud para 2025 experimentará una reducción, pues representará el 2.4% del Producto Interno Bruto (PIB), comparado con el 2.7% del PIB en 2020.

"Esto implica una disminución de 122,000 millones de pesos en comparación con 2024. Este es el presupuesto en salud más bajo en proporción al PIB desde hace seis años, lo que refleja una reducción de la prioridad asignada a este sector", dijo Jorge Cano, coordinador del Programa de Gasto Público de México Evalúa.

En el último lustro, el gasto per cápita apenas se incrementó de 6,494 pesos a 6,633 pesos, lo cual refleja la insuficiencia para cubrir las necesidades en caso de emergencia sanitaria, añadió.

"Uno de los ámbitos más afectados es la atención a la población sin seguridad social, cuyo presupuesto disminuirá 22%, llegando a su nivel más bajo en 15 años", indicó en entrevista el especialista. En contraste, la población con seguridad social enfrentará una reducción menor, del 6.2%. Esta desigualdad deja en mayor vulnerabilidad a las personas más pobres y marginadas, que dependen del IMSS-Bienestar y de la Secretaría de Salud.

Ciertos grupos de la población enfrentan un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves relacionadas con las enfermedades. Entre ellos destacan:

1. Niños menores de cinco años: Con un sistema inmunológico aún en desarrollo, los infantes son especialmente vulnerables a enfermedades respiratorias como la bronquiolitis y la neumonía, dos de las principales complicaciones en este grupo etario.

2. Adultos mayores de 65 años: El envejecimiento natural del sistema inmunológico incrementa la susceptibilidad de este sector a infecciones respiratorias severas, lo que los coloca en un grupo de alto riesgo.

3. Personas inmunocomprometidas: Pacientes con enfermedades crónicas como cáncer o VIH/SIDA, así como aquellos que reciben tratamientos inmunosupresores, presentan una mayor predisposición a infecciones graves debido a su sistema inmunológico debilitado.

4. Personas con enfermedades respiratorias preexistentes: Aquellos que padecen diabetes, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o fibrosis quística tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones respiratorias críticas.

5. Pacientes hospitalizados: El entorno hospitalario y las condiciones de salud preexistentes hacen que los pacientes internados sean especialmente susceptibles a infecciones secundarias, agravando su cuadro clínico.

Estas categorías subrayan la importancia de medidas preventivas y de atención personalizada para mitigar riesgos en los grupos más vulnerables.

En el área de vigilancia epidemiológica, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) también experimentará un recorte presupuestal de 16%, lo que representa su nivel más bajo en 13 años. Ese ajuste limita la capacidad de tomar decisiones informadas y responder de manera efectiva ante brotes epidémicos.

Cano añadió que la disminución de recursos también daña rubros como la contratación de personal médico y la adquisición de medicamentos: "en su mejor momento, en 2012, el gasto en salud representó el 11.2% del presupuesto total, pero en 2025 apenas será del 9.5%. La salud no ha sido una prioridad, ya que otros rubros como pensiones y transferencias a Pemex han desplazado su importancia".

La capacidad de México ante brotes epidemiológicos

"Una pandemia abarca más de tres continentes y se encuentra diseminada por todo el mundo", explicó Víctor Gómez Bocanegra, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.

México forma parte del Reglamento Sanitario Internacional, lo que lo obliga a monitorear y reportar enfermedades de interés en salud pública. Sin embargo, la infraestructura actual del sistema de salud está en una transición y en términos de vigilancia epidemiológica, enfrenta importantes limitaciones, añadió el especialista.

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"El Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos Dr. Manuel Martínez Báez (INDRE) coordina los esfuerzos de vigilancia epidemiológica en México y es reconocido como laboratorio de referencia internacional, aunque se desconoce la extensión de su capacidad diagnóstica en todo el país", comentó Gómez Bocanegra.

En cuanto a enfermedades zoonóticas, es decir aquellas que se transmiten de animal a humano, el académico de la UNAM mencionó que el dengue y la rabia son las más preocupantes en el contexto actual, y subrayó la necesidad de mantener campañas de vacunación para prevenir casos en humanos. Adicionalmente, advirtió sobre la aparición de virus como el H5N3, que hasta el momento solo ha causado brotes aislados en otros países, pero está en vigilancia.

"Aunque México tiene la infraestructura para atender pacientes en caso de una pandemia, el verdadero desafío está en la detección oportuna de los brotes", enfatizó. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, el país tardó cuatro meses en desarrollar capacidad diagnóstica, dependiendo de transferencias tecnológicas internacionales, dijo el especialista. Además, recordó que la llegada de vacunas se dio casi un año después del inicio de la emergencia sanitaria.

El experto hizo un llamado a fortalecer la red de monitoreo epidemiológico y garantizar recursos suficientes para los laboratorios nacionales, advirtiendo que "sin una detección oportuna, México seguirá enfrentando serias limitaciones para responder a futuras pandemias".

Cómo se encuentra la infraestructura hospitalaria de México

Según datos del Banco Mundial, México tiene 1 cama por cada mil habitantes. El reporte más actual de la OCDE, de 2020, indica que el promedio de la organización es de 4.7 camas por mil personas.

De acuerdo con el ranking "Los mejores hospitales privados de México" realizado por Expansión, el país cuenta con 4,304 hospitales públicos y privados, que representan el componente principal del sector salud en términos de infraestructura. En términos de capacidad instalada, existen 191,000 camas en unidades médicas, de las cuales 131,000 están destinadas específicamente para hospitalización. Sin embargo, "el 73% de esta capacidad corresponde al sector público, que históricamente ha enfrentado retos de mantenimiento, saturación y modernización", según el informe.

En contraste, el sector privado, que concentra el 27% de la capacidad instalada, cuenta con características particulares. "El 90.2% de los hospitales privados son pequeños, con menos de 24 camas", indica el ranking. Además, el 55.6% de la capacidad instalada del sector privado se concentra en siete estados clave: Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Michoacán y Puebla. A pesar de sus limitaciones en tamaño, el sector privado aporta servicios altamente especializados, con el 83.5% de sus médicos considerados especialistas.