Los bancos centrales, ¿preparados para la desaceleración mundial?
CIUDAD DE MÉXICO- La desaceleración que afecta a varios países este año, y los temores de una desaceleración -algunos hablan de una recesión- en Estados Unidos para 2020, hacen inevitable la pregunta: ¿están preparados los principales bancos centrales para atajar esta nueva situación?
Ante la crisis financiera de 2008-2009, la mayoría de los países adoptaron una política monetaria expansiva, bajaron las tasas de interés y adquirieron millones de dólares en bonos para reactivar el crecimiento. Han pasado casi 11 años de aquella estrategia y los bancos han tomado acciones para normalizar su política monetaria aunque muestran cierta cautela a dejarla del todo.
1. La Fed en stand by
La Reserva Federal, que desde 2017 empezó a subir su tasa de referencia y a reducir los bonos de su portafolio, decidió en enero ser más paciente en la normalización de su política monetaria.
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Después de llevar a cabo cuatro incrementos en 2018, tras su primera reunión de política monetaria a finales de enero, la Fed decidió mantener su tasa de interés en el rango de 2.25 y 2.5%.
“Lo que vimos, desde diciembre del año pasado, fue un tono más suave; ya no están hablando de subir sus tasas al ritmo como lo habían hecho y eso cambió la perspectiva de los mercados”, explica Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank.
No obstante, todo dependerá del comportamiento de la inflación, pues si empieza a repuntar por encima de 2%, como efecto de la reforma fiscal que echó a andar el presidente Donald Trump, el banco central que preside Jerome Powell tendrá que retomar los incrementos sin descuidar el consumo y la inversión, dice el especialista.
2. El Banco Central Europeo sigue postergando
Frente a la crisis, en octubre de 2008, el Banco Central Europeo comenzó con el ajuste a la baja de su tasa de referencia y desde 2016 la mantiene en cero.
En diciembre, todo apuntaba a que, este año, el organismo revertiría esa medida, subiría las tasas y terminaría la compra de activos –desde 2015 ha adquirido unos 3,000 millones de dólares en bonos–. Pero ante los visos de desaceleración económica de la zona euro, el BCE decidió, en marzo, mantener la tasa sin cambio por lo menos hasta finales de 2019 y anunció que reinvertiría los bonos que adquirió y que fueran venciendo.
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“Su política monetaria continuará siendo ampliamente acomodaticia, por la recesión que se tiene en Italia y por una posible desaceleración de Alemania, que se verá afectada por la imposición de aranceles en la industria automotriz por parte de Estados Unidos”, explica Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.
El escenario se complica ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea. “Si no hay un acuerdo comercial con la UE, afectaría a los que pertenecen a este grupo, y también a los países que le venden al Reino Unido”, agrega.
3. Todo apunta a una baja en la tasa de Banxico
El mandato del Banco de México, ante cualquier circunstancia, es cuidar el poder adquisitivo de la moneda.
Ante niveles de inflación no vistos desde 2009, entre 2017 y 2018, Banxico tuvo que subir nueve veces su tasa de interés, pasándola de 6.25% en febrero de 2017 a 8.25% en diciembre de 2018.
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“Mientras la inflación anual siga por arriba del 4% es muy difícil que Banxico baje la tasa de interés”, estima Correa, de Scotiabank.
Para el último trimestre de 2019, es posible que la tasa llegue a recortarse, sostiene Gabriela Siller, de Banco Base. “Vemos una probabilidad del 20% de que se reduzca, pero todo dependerá de la desaceleración económica y de la inflación”, dice.
4. China prudente
El Fondo Monetario Internacional prevé que China crecerá 6.2% este año, un menor avance que el que tuvo en 2018, de 6.6%. “Existe el temor de que la desaceleración sea aún mayor en China y lo que hace un banco central en un entorno así es bajar sus tasas de interés, pero eso puede hacer que su moneda se debilite, un tema que preocupa mucho a ese país”, indica Correa, de Scotiabank.
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El primer ministro de China, Li Keqiang, ha dicho que no habrá cambios en su política monetaria y no “inundarán” la economía con estímulos. Eso significa mantener la tasa en 4.35% este año. La política monetaria de China depende más del gobierno y sus metas están más enfocadas en lo que plantee el Estado.