Pobreza y descontento social = los retos de la globalización, señala la OCDE
PARÍS, Francia (Expansión)- Las innovaciones tecnológicas, la digitalización y la inteligencia artificial han mejorado la vida del ser humano. La globalización ha integrado al comercio y ayudado al desarrollo económico y cultural de las sociedades.
Sin embargo, al mismo tiempo la pobreza, las desigualdades y el descontento social no dejan de aumentar. Y peor aún, el calentamiento global amenaza con causar un daño irreversible a la biodiversidad y a nosotros mismos. Los retos son enormes y hay que hacerles frente urgentemente.
Con ese diagnóstico de fondo comenzó este lunes en París, el Forum 2019 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el cual antecede a la reunión ministerial de la organización y que tiene lugar en su centro de conferencias de la capital francesa.
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Durante dos días, una centena de oradores de alto nivel provenientes de la esfera gubernamental, corporativa, sindical y de la sociedad civil debatirán en diversos formatos, y con participación de los asistentes, en torno a cuatro ejes temáticos: La digitalización y el mercado de trabajo, Integridad y confianza; Un nuevo contrato social, y Cooperación internacional.
“Estamos enfrentando uno de los periodos más complejos, desafiantes y contradictorios de la historia”, señaló el mexicano José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, en la ceremonia de apertura.
Advirtió que la economía global ha entrado en una nueva contracción y que las tensiones comerciales entre países están escalando. Pero que también las clases medias están encogiéndose, la distribución de los ingresos son desiguales y la confianza pública cayendo.
“Al mismo tiempo —declaró el excanciller mexicano—, la digitalización está generando mejoras en la comunicación, sustentabilidad y bienestar. La inteligencia artificial está transformando a los países en desarrollo y la acción cívica está floreciendo”.
José Ángel Gurría expuso que la globalización y la digitalización “han traído una plétora de beneficios y progresos”, que han ayudado a salir a millones de personas de la pobreza extrema, y que la llamada Cuarta Transformación Industrial “generó el nacimiento a una cascada de tecnologías para el desarrollo humano”.
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Pero no ha sido suficiente. Gurría reconoció que ese fenómeno, en principio positivo, ha generado en nuestra sociedad lo que llamó “peligrosas fallas tectónicas”.
La primera: dejó a muchos detrás. La mitad de la población mundial posee 1% de la riqueza total, mientras que el 1% más rico retiene 85% de aquella. Segunda: están creando nuevos riesgos e incertidumbres . La globalización y la digitalización beneficiaron a los trabajadores con altas habilidades, pero dentro de 15 o 20 años casi la mitad de los empleos de loa países de la OCDE, entre ellos México, serán automatizados o radicalmente transformados, además de los problemas relacionados con la cyberseguridad, la privacidad digital, la propagación del extremismo y la desinformación, y el terrorismo.
Finalmente, están el miedo y la ansiedad. Una encuesta de Edelman Trust arrojó que 60% de los empleados multinacionales temen perder su trabajo por la automatización, y solo uno de cinco cree que el sistema funciona para ellos.
La OCDE, bajo la premisa de que esas expresiones negativas del mundo actual no son fuerzas incontrolables, ha propuesto avanzar en cuatro vías paralelas: ayudar a los países a construir un nuevo contrato social , basado en la inclusión, la sustentabilidad y el bienestar, y a fortalecer su integridad y recuperar la confianza ciudadana.
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Esta ayuda, además, dice la OCDE, debe estar dirigida a mejorar las capacidades de los trabajadores y así prepararlos para el futuro, e igualmente fortalecer la cooperación internacional para que sea más eficiente, transparente y fiable.
“Es tiempo de conectar los algoritmos con los valores humanos, los economistas con los psicólogos, los banqueros con los filósofos y los ministros de energía con los niños”, señaló Gurría al término de su discurso inaugural.