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Elizabeth Warren y Donald Trump desean un dólar más barato

La aspirante presidencial y el actual presidente de EU apoyan la idea de un dólar más barato para ayudar a las exportaciones, pero los expertos son escépticos al respecto.
dom 09 junio 2019 07:14 AM
Propuesta de un dólar barato
Abaratar el dólar podría erosionar la confianza como modo de pago global.

NUEVA YORK (CNN)- La aspirante presidencial demócrata Elizabeth Warren quiere un dólar más barato para ayudar a las exportaciones estadounidenses y crear empleos. Ese es un tema en el que ella y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, están de acuerdo. La moneda estadounidense debería administrarse de manera más activa, dijo en una publicación reciente de Medium, en la que dio a conocer su plan para “crear y defender empleos estadounidenses”.

La economía estadounidense podría beneficiarse de un dólar más débil debido a que podría abaratar los productos fabricados en Estados Unidos y, por lo tanto, resultar más atractivos en los mercados globales.

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Pero el plan de Warren tiene muchos escépticos. Sería difícil lograr el efecto deseado de aumentar las exportaciones estadounidenses y los salarios de los trabajadores estadounidenses. Y podría erosionar la confianza en el dólar como modo de pago global.

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“La idea de que un dólar más débil sería fundamental para la prosperidad estadounidense muestra un profundo malentendido de cómo funciona la economía global”, dijo Marc Chandler, director de estrategia de mercado de Bannockburn Global Forex, en respuesta al plan de Warren.

Otros países, particularmente en los mercados emergentes, podrían beneficiarse de un dólar más bajo, sugirió el director de estrategia de divisas de TD Securities, Mark McCormick. Después de la crisis financiera, muchos países incurrieron en deuda denominada en dólares. Si el dólar bajara de valor, también lo harían sus cargas de deuda.

Pero obligar al dólar a bajar es más fácil de decir que de hacer. Intervenir en el mercado de divisas para hacer que las exportaciones estadounidenses sean más competitivas con el fin de crear empleos domésticos no es algo que un presidente pueda hacer solo con tronar los dedos.

El dólar fuerte y el comercio

En su publicación, Warren dijo que el dólar fuerte está perjudicando las exportaciones estadounidenses y es el factor más importante en el gran déficit comercial de Estados Unidos. Para salir de este dilema, el país debería estar “administrando más activamente el valor de nuestra moneda para promover las exportaciones y la manufactura nacional”, escribió, y señaló que otros países reducen el valor de sus monedas para impulsar las exportaciones y las industrias locales.

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La estrategia de Warren ignora la compleja naturaleza de una cadena de suministro global, dijo McCormick.

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“Una moneda más débil realmente no impulsa el crecimiento de las exportaciones. Esta idea solo tiene sentido en un mundo muy simplista”, dijo Mark McCormick.

Hoy en día, las cadenas de suministro de las empresas son más sofisticadas e integradas, lo que les permite mitigar las fluctuaciones de las monedas a medida que los bienes son enviados de un lado a otro, antes de llegar al consumidor.

Por ejemplo, partes de un automóvil fabricado en Estados Unidos pueden cruzar las fronteras de Canadá y México varias veces, dijo McCormick.

Y crear empleos en Estados Unidos es una tarea demasiado elevada para ser lograda solamente mediante la manipulación del tipo de cambio. La diferencia entre los salarios de los trabajadores en Estados Unidos y en otras partes del mundo puede ser sustancial. Devaluar el dólar no logra superar esa brecha, dijo McCormick.

La campaña de Warren declinó hacer comentarios.

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Guerras de divisas

Al igual que Warren, Trump también ha llamado demasiado fuerte al dólar. Describió a China, Rusia y la Unión Europea como manipuladores de divisas, pero el Tesoro de Estados Unidos se abstuvo de nombrarlos así oficialmente.

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Estados Unidos ha presionado a China para que estabilice su moneda durante sus negociaciones comerciales. Eso podría volverse incómodo si Estados Unidos comienza a manipular su propia moneda.

“Es difícil para nosotros decirle a China que diga que su moneda debe ser movida por las fuerzas del mercado, y luego tener un contendiente serio para la Casa Blanca que quiera devaluar el dólar”, dijo Chandler.

Si el gobierno de Estados Unidos decidiera unilateralmente devaluar su moneda, probablemente otros países seguirían su ejemplo.

Algunas monedas también están vinculadas al dólar, como el dólar de Hong Kong y las monedas de los exportadores petroleros de Medio Oriente como Arabia Saudita. Después de todo, el petróleo se comercializa en dólares.

“Si tenemos un ‘devaluador’ en la Casa Blanca, los inversores querrán que las tasas de interés más altas sean compensadas por el mayor riesgo cambiario”, sugirió Chandler.

Incluso si Warren o Trump persiguieran un plan para devaluar el dólar, el presidente no podría hacer mucho para cambiar el valor de la moneda por su cuenta, pues necesitaría que el Tesoro de los Estados Unidos, en consulta con la Reserva Federal independiente, apoyara el plan para ejecutarlo.

“Eso es algo que parece increíblemente improbable para cualquier presidente estadounidense, a menos que haya circunstancias extremas que justifiquen una intervención”, dijo Brad Bechtel, director gerente de divisas en Jefferies.

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La moneda de reserva mundial

Una medida unilateral de Washington podría erosionar la confianza en los cimientos institucionales del dólar como la moneda de reserva más importante del mundo. El plan de Warren involucraría a otros países que ella cree que se han visto perjudicados por la “desalineación de la moneda”.

Estados Unidos debería considerar trabajar con otros países “para producir un valor monetario que sea mejor para nuestros trabajadores y nuestras industrias”, escribió Warren. No compartió qué países cree que sufren por ese problema o cómo debería funcionar su cooperación. Después de todo, las divisas se negocian en pares. Por lo tanto, un acuerdo multilateral para debilitar el dólar aumentaría a su vez el valor de, por ejemplo, el euro, o la libra esterlina.

Este plan sería complicado, debido a que el dólar sigue siendo el rey de las transacciones y reservas mundiales.

Los países, a través de sus bancos centrales, y las instituciones internacionales tienen dólares en su arsenal de reserva para minimizar el riesgo de tipo de cambio y para pagar las inversiones.

El sentido común dicta que una moneda de reserva tiene que estar flotando libremente, permitiendo que su valor sea determinado por las fuerzas del mercado y no por la política gubernamental, que podría cambiar de forma caprichosa y no en línea con los principios del intercambio de activos.

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Ciertamente, el dólar no es la única moneda de reserva. El euro también lo es, al igual que la libra esterlina, que era la moneda favorita de reserva mundial antes del reinado del dólar. Recientemente, algunos bancos centrales también han indicado que aumentarían sus reservas del yuan chino, que no es una moneda flotante libre. El valor del yuan solo puede fluctuar en un rango definido.

Manipular el dólar podría hacerlo menos atractivo como una de las principales monedas de reserva, que es un estatus que Estados Unidos ha disfrutado durante décadas. El hecho de que el mundo mantenga y negocie en dólares, hace del billete verde la moneda más poderosa de la Tierra.

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