Alemania depende en gran medida de los exportadores que venden una cantidad desproporcionada de bienes a China y Estados Unidos, que están enganchados en una amarga guerra comercial. Las mediocres ventas globales de automóviles también han perjudicado a las automotrices del país. Los temores de un brexit caótico también están afectando.
“ El comercio mundial más débil, una industria automotriz global en dificultades , el brexit y los problemas económicos de China se aproximan bastante a una tormenta perfecta para Alemania”, dijo Kit Juckes, estratega de Societe Generale.
Alemania no es la única víctima de la tormenta
El mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su pronóstico de crecimiento mundial para este año y el próximo, citando el impacto de los conflictos comerciales. Si la disputa entre Estados Unidos y China se intensifica, el crecimiento global en 2020 se reduciría en medio punto porcentual, advirtió.
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Ahora, los bancos centrales de todo el mundo están apresurándose para adelantarse a la tormenta.
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos redujo las tasas la semana pasada por primera vez en 11 años, y el Banco Central Europeo (BCE) ha insinuado que liberará más estímulos. El miércoles, el Banco de la Reserva de India anunció su cuarto recorte de tasas consecutivas. Eso coincidió con una sorpresiva reducción de la tasa de interés por parte del banco central de Tailandia y un recorte mayor al esperado del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda.
Que pasará ahora
Los acontecimientos recientes han puesto nerviosos a los inversores y podrían desencadenar nuevas acciones por parte de los banqueros centrales.
El presidente estadounidense, Donald Trump, intensificó la guerra comercial la semana pasada al anunciar que Estados Unidos gravaría casi todas las exportaciones chinas a partir de septiembre.