Beijing ha contraatacado con sus propios aranceles que apuntan a más de 5,000 productos estadounidenses. Algunos de ellos ya han entrado en vigor, mientras que se espera que otros lo hagan en las próximas semanas.
La Comisión de Aranceles del Consejo de Estado de China, que hizo el anuncio del miércoles, dijo que continuará revisando las solicitudes de exención y que anunciará nuevas listas en el futuro.
Beijing también está buscando otras formas de compensar las afectaciones provocadas por los aranceles, incluida la diversificación de sus fuentes de importaciones agrícolas. El martes, el Ministerio de Agricultura de Argentina anunció que China permitiría la importación de harina de soya desde ese país. La harina de soya es el producto de exportación más grande de Argentina.
Los productores de soya en Estados Unidos se han visto particularmente afectados por la guerra comercial. China era su mayor mercado antes del estallido de las hostilidades y compra la mayor parte de la producción mundial de soya.
Si China no reanuda las compras de soya estadounidense este año, entonces Argentina es capaz de llenar la brecha en la demanda, según Tian Yaxiong y Shi Lihong, analistas de China Futures, una agencia de corredores de bolsa con sede en Chongqing.
Argentina no es el único país sudamericano al que está recurriendo la industria de la soya china debido a la guerra comercial: los agricultores chinos también han aumentado las importaciones de su vecino, Brasil.