Ese no es su papel, dijeron, a pesar de los llamados de los activistas para que dejen de financiar a las industrias que utilizan mucho carbono.
“Lo que digo a nuestros clientes es: no quiero ser la punta de la lanza, lo que significa que no quiero ser el que les diga o haga que cumplan los estándares en su industria o en su negocio”, dijo el CEO de Citigroup, Michael Corbat, a un panel en la reunión anual de WEF en Davos, Suiza. “Ustedes deberían determinarlos”.
Corbat dijo que las empresas y los gobiernos estaban “en una travesía” hacia una mayor sustentabilidad que el sistema bancario debería ayudar a facilitar. Pero enfatizó que Citi no debería ser el que elija “ganadores y perdedores”.
“El trabajo de un banco es apoyar a las comunidades en las que opera", dijo. "No es dictar resultados”.
El CEO de Goldman Sachs, David Solomon, hablando en un panel aparte, también rechazó la idea de que el banco de inversión debería negarse a trabajar en acuerdos con ciertas compañías debido a su falta de credenciales ecológicas.
“¿Deberíamos trazar una línea y decir que no recaudaremos dinero para una compañía que es una compañía de carbono, una compañía de combustibles fósiles? Y la respuesta a eso es que no vamos a hacer eso, no vamos a trazar una línea”, dijo. “Sin embargo, estamos tratando de asignar capital a negocios que ayudan a la transición a un mundo más neutral en carbono”.
Wall Street está asimilando la idea de que la crisis climática no es solo una preocupación moral, sino también un enorme riesgo financiero. Pero todavía hay desacuerdo sobre cuándo se materializará ese riesgo y qué tan lejos deberían llegar las instituciones financieras mientras tanto.
BlackRock, después de enfrentar una presión considerable sobre su posición sobre el clima, trató de encarar el problema la semana pasada. En una carta a otros presidentes ejecutivos, el CEO Larry Fink dijo que la masiva firma abandonará las inversiones que considera un riesgo para la sustentabilidad, incluidas las de productores de carbón térmico.
Es parte de un esfuerzo por poner la sustentabilidad en el centro de su enfoque para administrar los 7 billones de dólares en activos que supervisa.
“La conciencia está cambiando rápidamente, y creo que estamos al borde de una reforma fundamental de las finanzas”, dijo Fink.
Fink predijo que se producirán cambios significativos en la forma en que se asigna el capital a nivel mundial, y “antes de lo previsto”.