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Los bancos de EU rechazan liderar la lucha contra la crisis climática

Los CEO de Citigroup y de Goldman Sachs dijeron que no es su papel negar servicios a empresas que son altos productores o consumidores de carbono o combustibles fósiles.
jue 23 enero 2020 05:29 AM
(Obligatorio)
Los bancos aseguran que ese no es su papel.

Los banqueros más poderosos de Estados Unidos no quieren liderar la lucha contra la crisis climática.

Aunque profesaron una profunda preocupación por el calentamiento global, esta semana los altos ejecutivos en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) expresaron renuencia a actuar como árbitros en los mercados financieros para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

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Ese no es su papel, dijeron, a pesar de los llamados de los activistas para que dejen de financiar a las industrias que utilizan mucho carbono.

“Lo que digo a nuestros clientes es: no quiero ser la punta de la lanza, lo que significa que no quiero ser el que les diga o haga que cumplan los estándares en su industria o en su negocio”, dijo el CEO de Citigroup, Michael Corbat, a un panel en la reunión anual de WEF en Davos, Suiza. “Ustedes deberían determinarlos”.

Corbat dijo que las empresas y los gobiernos estaban “en una travesía” hacia una mayor sustentabilidad que el sistema bancario debería ayudar a facilitar. Pero enfatizó que Citi no debería ser el que elija “ganadores y perdedores”.

“El trabajo de un banco es apoyar a las comunidades en las que opera", dijo. "No es dictar resultados”.

El CEO de Goldman Sachs, David Solomon, hablando en un panel aparte, también rechazó la idea de que el banco de inversión debería negarse a trabajar en acuerdos con ciertas compañías debido a su falta de credenciales ecológicas.

“¿Deberíamos trazar una línea y decir que no recaudaremos dinero para una compañía que es una compañía de carbono, una compañía de combustibles fósiles? Y la respuesta a eso es que no vamos a hacer eso, no vamos a trazar una línea”, dijo. “Sin embargo, estamos tratando de asignar capital a negocios que ayudan a la transición a un mundo más neutral en carbono”.

Wall Street está asimilando la idea de que la crisis climática no es solo una preocupación moral, sino también un enorme riesgo financiero. Pero todavía hay desacuerdo sobre cuándo se materializará ese riesgo y qué tan lejos deberían llegar las instituciones financieras mientras tanto.

BlackRock, después de enfrentar una presión considerable sobre su posición sobre el clima, trató de encarar el problema la semana pasada. En una carta a otros presidentes ejecutivos, el CEO Larry Fink dijo que la masiva firma abandonará las inversiones que considera un riesgo para la sustentabilidad, incluidas las de productores de carbón térmico.

Es parte de un esfuerzo por poner la sustentabilidad en el centro de su enfoque para administrar los 7 billones de dólares en activos que supervisa.

“La conciencia está cambiando rápidamente, y creo que estamos al borde de una reforma fundamental de las finanzas”, dijo Fink.

Fink predijo que se producirán cambios significativos en la forma en que se asigna el capital a nivel mundial, y “antes de lo previsto”.

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Los líderes de Wall Street en Davos expresaron su apoyo a Fink, pero no hablaron con la misma urgencia. “Mi opinión es que esta será una transición de varias décadas”, dijo Solomon.

Ceres, una organización sin fines de lucro que presiona para que las empresas tomen medidas sobre el cambio climático, aplaudió la decisión de BlackRock, particularmente su intención de dirigir a los clientes hacia fondos de inversión sostenibles por defecto.

La presidenta ejecutiva, Mindy Lubber, dijo a CNN Business que el anuncio de BlackRock debería alentar a otros en Wall Street a hacer mayores compromisos. “La conclusión es que las pequeñas acciones ya no importan”, dijo.

BlackRock podría ir más allá. Sigue siendo un importante inversor en compañías de petróleo y gas como ExxonMobil y Chevron, así como el gigante minero Glencore.

Los bancos han dicho que pondrán cientos de miles de millones de dólares para abordar el problema, prometiendo financiar acciones positivas, incluso si titubean en retener sus servicios a los contaminadores.

Citi ha comprometido 100,000 millones de dólares en financiamiento para proyectos ambientales para 2023, y emitió el primer bono verde del banco hace un año. Bank of America dijo el año pasado que proporcionará 300,000 millones de dólares en financiamiento para actividades comerciales bajas en carbono para 2030, lo que se suma a un compromiso previo de 145,000 millones de dólares. Dice que ha reducido su exposición a las empresas mineras de carbón desde 2011.

En diciembre, Goldman Sachs se comprometió a invertir 750,000 millones de dólares en proyectos que se enfoquen en la transición climática durante la próxima década. La empresa también se convirtió en el primer banco estadounidense en decir que no financiará nuevos proyectos petroleros en el Ártico. JPMorgan Chase, que Greenpeace calificó esta semana como “el peor financiador mundial de los combustibles fósiles y de la expansión de los combustibles fósiles”, dijo previamente que comprometerá 200,000 millones de dólares en financiamiento limpio hasta 2025.

Estos son “compromisos sustanciales” y una señal de que los bancos se están moviendo en la dirección correcta, de acuerdo con Lubber.

Pero en Davos, Wall Street indicó que no estaba dispuesto a encabezar la transición que reconocieron que se avecinaba.

“Un lugar al que cada uno de estos bancos no ha avanzado... es no financiar proyectos o empresas con alto contenido de combustibles fósiles o carbono”, dijo Lubber.

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