“Las perspectivas son contemplando el escenario sin un programa de reactivación, y con medidas extremas. Todo esto no necesariamente es atribuible al coronavirus, la economía mexicana ya venía enferma a esta situación, en 2019 cayó 0.14% con 16 meses continuos de caídas en la actividad industrial. También se habían visto efectos por la disputa comercial entre China y EU”, dijo el directivo.
Detalló que el escenario más probable es el correspondiente al de la caída de 5.7% del PIB, con un 75% de posibilidad. Mientras que el escenario de -3.1% del PIB, tiene posibilidades de 25%.
“El escenario más probable con 70% y 75% es que la economía retroceda, cerca de 5.7%, esto si no hay un programa integral, contracíclico que evite, probablemente la mayor caída desde 1929”, dijo
El escenario con menos posibilidades, plantea un decrecimiento de 3.1%, inversión privada de -6.5%, caída en la IED de hasta 21%, inflación de 3.8%, 26.15 pesos por dólar y la pérdida de 615,000 empleos en el sector formal y una caída del consumo privado de 0.9%.
La tarde de este jueves, la agencia calificadora S&P anunció este jueves que recortó la nota soberana de México a BBB desde BBB+ en moneda extranjera y a BBB+ desde A+ en moneda local.
De acuerdo con la agencia, la combinación de los shocks que se dará en Estados Unidos y en México aunado a la caída de los precios del petróleo será de gran impacto para el país.
Medidas necesarias
El IDIC destacó que ante la emergencia por salud y económica es necesario elevar el contenido nacional en los programas de inversión para infraestructura en el país, lo que ayudaría a recuperar el mercado interno.
También garantizar el libre flujo de mercancías en todas las modalidades, evitar bloqueos en vías de comunicación, y negociar con sindicatos para que no bloqueen el comercio y producción interna.
Para impulsar las inversiones, es necesario no aplicar ninguna modificación al marco regulatorio existente desde 2019, especialmente para sectores estratégicos como el de alimentación, salud y energético. “Se debe evitar que la regulación y cambios legales castiguen la inversión”, dijo de la Cruz.
Destacó que se necesita del apoyo más proactivo de la banca de desarrollo para las empresas, pago oportuno a proveedores de gobierno, y que sería ideal para las empresas la deducibilidad al 100% por prestaciones.