Un informe del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) refiere que 80.8% de los ingresos de los estados son por transferencias federales, lo que implica una fuerte dependencia de estos recursos. Coahuila recauda el 2.2% de todos los impuestos locales que se cobran en los estados; Jalisco el 3.1%; Tamaulipas el 1.7% y Nuevo León 7.0%.
En promedio, Coahuila recauda el 1.3% de todos los impuestos tributarios del país, recibe el 2.4% de las participaciones y el 2.2% de las aportaciones. Jalisco recauda el 3.1% y obtiene el 6.4% y el 5.0%, respectivamente; Tamaulipas recauda el 7.7% de ingresos tributarios, pero sólo tiene el 2.8% de las participaciones y el 3.0% de las aportaciones.
En tanto Nuevo León, que genera el 8.5% recibe el 4.6% y 4.1%, respectivamente. Estados del sur como Oaxaca generan el 0.2%, y recibe el 2.6 y 4.9%, respectivamente. Chiapas genera el 0.3% de los ingresos, y recibe el 3.9% de las participaciones y 6.1% de las aportaciones.
Difícil camino político
Adicionalmente, el proceso político para lograr modificaciones o la salida de estos estados se observa difícil, pues la mayoría de los estados se ven beneficiados por esta redistribución de los ingresos, por lo que no aceptarían cambios que les perjudicaran, comentó Cárdenas.
Meléndez comentó que para estos cambios se necesitaría de una reforma a la Ley de Coordinación Fiscal, la cual requeriría de la aprobación de la Cámara de Diputados, situación que se ve inviable, por los legisladores de los estados que se ven beneficiados de este modelo.
“La distribución de la Recaudación Federal Participable es suma cero, es decir, si un estado gana más recursos con un cambio, otro estado estaría perdiendo por ese mismo monto; si NL, Jalisco, Tamaulipas y Coahuila quieren más recursos implicaría que estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero estarían perdiendo recursos”, comentó Meléndez.