El estudio destacó un incremento de 20% en la penetración de la banca digital, que un 87% de los usuarios de la banca comercial ha reducido sus gastos no esenciales y el 52% dijo que puede llegar a tener problemas para pagar sus tarjetas de crédito.
“La tendencia hacia la digitalización de la banca sin duda se ha visto acelerada por las medidas de aislamiento social durante la pandemia de COVID-19, sin embargo, aún hay resistencia o dificultades para utilizar los servicios de la banca en línea por parte de algunos clientes por lo que las instituciones bancarias deben utilizar distintos medios para instruir a los clientes sobre los beneficios y la practicidad de sus servicios digitales”, señaló Jorge Lacayo, Socio Líder de EY-Parthenon en Latinoamérica Norte.
A raíz de la pandemia las consultas en buscadores de Google y las menciones en redes sociales aumentaron hasta un 40% en México.
El 61% de los usuarios mexicanos señalaron que el ahorro de tiempo y la flexibilidad de horarios son las principales ventajas del uso de las plataformas digitales. Por otro lado, el 44% dijo que el principal punto en contra de estos canales es el requerimiento de y internet y el 38% considera que son los datos no protegidos.
Proveer un servicio digital puede llegar a ser hasta 35% más barato, motivo por el cual los bancos deberían ofrecer tantos servicios como les sea posible a través de canales digitales, señaló EY.
“Para anticipar problemas, las instituciones financieras deben optimizar recursos y desplegar medidas de contingencia ya que se espera que haya problemas con la recaudación, la comunicación constante con clientes clave será vital para proveerlos de las herramientas y la flexibilidad que necesitan para superar la crisis, particularmente en el segmento de las Pyme. Nuevos términos y condiciones más flexibles deben ser propuestos para reducir el impacto de los préstamos no cumplidos”, agregó Jorge Lacayo.
Por último, señaló la firma, el estudio reveló que el impacto financiero para las pequeñas y medianas empresas ha sido notable: el 95% reportó pérdidas de ingresos por las medidas de distanciamiento social, el 50% cerró operaciones por completo. El 85% de las Pymes participantes no considera que pagar sus préstamos bancarios sea su principal prioridad por el momento y el 50% declaró necesitar financiamiento externo para poder sobrevivir los próximos 3 meses.