"En términos generales todavía estamos esperando impactos por las menores tasas de interés. Hace un año, en el tercer trimestre, la tasa de interés de Banxico cerró en 7.75% y el tercer trimestre de este año cerró en 4.25%, la comparación anual es de 350 puntos base menos y eso se empieza a reflejar", consideró Eduardo Ponce, analista financiero de Ve por Más (Bx+).
En cuanto a las reservas, Alejandro González, analista de Intercam, dijo en entrevista que si bien la generación de estas provisiones en el tercer trimestre serán menores a las que hicieron de abril a junio, habrá un impacto en la utilidad de los grupos financieros.
"Hubo bancos que hicieron provisiones proactivas y les pegó a su utilidad; en los siguientes (trimestres) la utilidad neta no se ve tan impactada pero hay otros (bancos) que se están esperando hasta el momento en que lo va reflejando su cartera", destacó.
Los analistas estiman que Banorte puede ser uno de los bancos con mejores resultados en el tercer trimestre debido a que podría bajar sus provisiones de manera significativa respecto a las generadas en el segundo trimestre del año.
De abril a junio, el grupo financiero liderado por Carlos Hank González generó reservas por 4,868 millones de pesos y de acuerdo con el especialista de Bx+, esto significa que las reservas serán menores en el trimestre de julio a septiembre.
"Con los modelos que tenemos -y si no viene otro susto hacia abajo- creemos que ya es suficiente. Creemos que lo peor ha pasado y con lo que tenemos reservado es suficiente", dijo en julio pasado Marcos Ramírez, director general del banco.
Del lado contrario, Intercam espera un mal trimestre para Gentera. "Anticipamos un trimestre negativo con una pérdida operativa considerable debido al impacto de la pandemia. El negocio se enfoca en clientes de menores recursos y, debido a la naturaleza de la crisis, es probable que dichos clientes tengan mayores complicaciones para pagar sus créditos, por lo que esperamos que el impacto sea notorio y que se dé una recuperación compleja", detalló en un reporte.
Desde finales de marzo -cuando inició el confinamiento por el coronavirus en México- los bancos otorgaron a sus clientes beneficios como el aplazamiento de los créditos por hasta seis meses. Al cuestionar a los analistas sobre el impacto de este programa en los resultados de la banca, dijeron que es muy pronto para ver los efectos y que será hasta el cierre del año e inicios del 2021 cuando se vea el impacto en la morosidad.
"Todavía va a ser complicado ver efectos (de los diferimientos) porque son programas de pago escalonado y empezaron hace unos meses; ya tendrían algunos clientes que están pagando en septiembre u octubre pero es algo que se va a ver con mayor fuerza en el cuarto trimestre", destacó Ponce.
El analista explicó que en términos de morosidad todavía no se verá reflejado quién pagó y quién no ya que para contar un crédito en morosidad, se tienen que contar de 30 a 90 días después de que se venció el plazo de pago.
"Va a ser a finales del año donde se verá el impacto en la morosidad. Esperamos que lo peor se registre en el cuarto trimestre del 2020 y en el primer semestre de 2021", destaca González.
El especialista dijo que una de las ventajas de la banca es que entró a la crisis con sólidos niveles de morosidad. En marzo pasado, el índice de morosidad estaba en 3.21% mientras que al cierre de agosto, el índice cerró en 2.06%, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Para evitar la morosidad, los bancos han dicho que sí van a prestar dinero pero serán más cautelosos en el otorgamiento de los créditos.
“La banca tiene la obligación de ser prudente; se les ha hecho una reducción de las líneas de crédito (a los clientes) y la banca es responsable. Queremos vender pero a los proyectos sanos y personas sanas”, dijo Eduardo Osuna, director general de BBVA México.
El presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Niño de Rivera, declaró recientemente que los usuarios de la banca han mostrado más cautela en la solicitud de crédito. Una muestra de ello es el comportamiento que ha tenido el uso de tarjetas de crédito contra las tarjetas de débito.
"Es clarísima la prudencia que tienen los acreditados; están cuidando su dinero. La banca sí esta prestando, que las personas y las empresas decidan no tomar un crédito es una señal prudencia”, declaró.
Eduardo Ponce destaca que las utilidades de los bancos van de la mano del crecimiento de la economía, tienen una relación estrecha, por lo que ya no generarán un flujo similar al de 2019 y por ende, los ingresos de los bancos tardarán más en recuperarse.