Derivado de esta estimación, la Dirección de Estudios Económicos de Citibanamex estimó que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) se incrementen desde un nivel de 2.3% del PIB en 2019 a 5.0% en 2020.
“Paradójicamente, evitar el apoyo a la economía a través de mayores gastos no evitará que la razón deuda a PIB se deteriore, ya que la caída del denominador (PIB) no se mitigará”, explicó el banco.
Detalló que la estrategia del sector público, con y sin pandemia, se ha enfocado en no endeudarse, pero los ingresos han estado cayendo, sin que se implementen cambios significativos en el régimen fiscal; “la principal acción para mitigar la caída de los ingresos se ha centrado en los grandes contribuyentes”, añadió.
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“En cuanto a la estrategia de gasto del gobierno, las prioridades han sido tres: programas sociales (la mayoría de los cuales carecen de transparencia, y al parecer sus resultados no se están evaluando rigurosamente), proyectos insignia (con viabilidad financiera cuestionable, en el mejor de los casos, en nuestra opinión), y subsidios e inyecciones de capital a Pemex”, refirió el documento.
Excluyendo estos rubros, la austeridad ha sido el nombre del juego, y la mayoría de los demás conceptos parecen prescindibles y sujetos a recortes de considerarse necesario.
Hoy por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que este año seguirá profundizando la política de recortes al gasto público.
“Esta política fiscal no ha cambiado incluso en medio de la recesión más profunda de las últimas ocho décadas. En particular, al igual que en 2019, el faltante de ingresos en 2020 resultante, tanto de la caída de la recaudación de impuestos dada la creciente holgura económica, como de una producción de petróleo inferior a la proyectada, se ha compensado con recursos de los fondos y fideicomisos y recortes de gasto ─incluidos algunos en el sistema de salud mientras la pandemia continúa debilitando la economía─”, consideró la institución financiera.
Refirió que el apoyo fiscal para mitigar los efectos en la actividad de la crisis sanitaria asciende a solo 0.7% del PIB, lejos de lo observado en otras economías, por lo que su contribución neta a la actividad puede ser casi nula considerando el subejercicio de gasto observado.