La decisión de descontinuar los servicios de gestión patrimonial local en la segunda economía más grande de Latinoamérica sigue a una medida similar del verano pasado en Brasil en la que JPMorgan cerró su negocio de banca privada local y refirió a los clientes patrimoniales brasileños a Banco Bradesco.
En los últimos años, las familias adineradas de Latinoamérica han estado buscando administradores de dinero en las capitales mundiales, dijeron los banqueros. En México, las políticas populistas del presidente Andrés Manuel López Obrador, incluídos los programas del gobierno para evitar la evasión fiscal, han empujado a algunas familias a transferir más riqueza al exterior. Las cuentas extraterritoriales representan la mayor parte del negocio de banca privada de JPMorgan en México, dijo una de las personas.
JPMorgan mantendrá otros negocios en México, incluyendo el de banca de inversión, comercio y servicios de tesorería. Un portavoz de la empresa declinó hacer comentarios.
JPMorgan es el banco mayorista más grande entre los gigantes mundiales sin operaciones minoristas, según datos del regulador bancario CNBV. Las otras líneas de negocios de la firma han estado creciendo, dijo una de las personas, y el año pasado el banco aumentó su capital en 8,000 millones de pesos (393 millones de dólares) a 19,500 millones de pesos, según datos.