La actividad económica también está siendo impulsada por la postura de política monetaria ultralaxa de la Reserva Federal.
Los fabricantes carecen de la capacidad para satisfacer el aumento de la demanda y los inventarios son muy reducidos, lo que obliga a las empresas a importar más bienes. La demanda durante la pandemia también se trasladó a los bienes desde los servicios, con los estadounidenses encerrados en sus casas.
El déficit comercial aumentó 5.6%, a un máximo histórico de 74,400 millones de dólares en marzo, dijo el martes el Departamento de Comercio. La brecha comercial estuvo en línea con las expectativas de los economistas.
Las importaciones se dispararon 6.3%, a un récord de 274,500 millones de dólares en marzo. Las importaciones de bienes escalaron 7%, a 234,400 millones de dólares, también un máximo récord. Las importaciones de bienes de consumo fueron las más altas registradas, al igual que las de alimentos y bienes de capital.
Estados Unidos importó una gran variedad de productos, que incluían ropa, muebles, juguetes, semiconductores, vehículos de motor, productos derivados del petróleo y equipos de telecomunicaciones. No obstante, las importaciones de aviones civiles y teléfonos móviles cayeron.
La pandemia siguió siendo un lastre para las exportaciones de servicios, sobren todo los viajes. Con 17,100 millones de dólares en marzo, el superávit en los servicios fue el más pequeño desde agosto de 2012.
Ajustado por inflación, el déficit comercial de bienes aumentó en 4,200 millones de dólares, a un récord de 103,100 millones en marzo. El deterioro del déficit comercial ya fue señalado en un informe adelantado publicado la semana pasada.
Pese al mayor déficit comercial, la economía creció a una tasa anualizada del 6.4% en el primer trimestre, el segundo ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto más acelerado desde el tercer trimestre de 2003, impulsado por la demanda interna reprimida. Eso siguió a un ritmo de crecimiento del 4.3% en el cuarto trimestre.
La mayoría de los economistas espera un crecimiento del PIB de dos dígitos este trimestre, lo que posicionaría a la economía para lograr un crecimiento de al menos un 7%, que sería el más acelerado desde 1984. La economía se contrajo un 3.5% en 2020, su peor desempeño en 74 años.