En cuanto a la inflación subyacente, que es considerado un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad, las estimaciones indican que avanzaría 6.15%, es decir su mayor resultado desde septiembre de 2001.
Sólo en enero, los precios al consumidor habrían crecido un 0.55%, según las estimaciones.
El aumento se habría visto impulsado por incrementos de precios de alimentos procesados, productos cárnicos y energéticos.
El subgobernandor de Banco de México, Jonathan Heath , estimó la semana pasada que la inflación subyacente tendrá su tope en febrero o marzo, para luego comenzar a bajar, aunque "no muy rápido".
El banquero comentó que Banxico debe asegurarse de que las expectativas de inflación, especialmente en el mediano y largo plazo, no se vean afectadas, porque si bien "en ese momento no podemos ayudar a bajar la inflación más rápidamente, sí se debe acompañar la trayectoria a la baja de la inflación con una postura adecuada"
Banxico elevó a mediados de diciembre su tasa de interés de referencia, por arriba de lo que esperaba el mercado, para dejarla en 5.50%, citando un deterioro en las previsiones para la inflación.
La próxima decisión de política monetaria, la primera de ocho en el año, está programada para el 10 de febrero. Banxico tiene una meta permanente de inflación del 3% +/- un punto porcentual.
El Inegi divulgará el próximo miércoles el comportamiento del índice de precios durante enero.