El también sustituto del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) ha sido catalogado como un elefante blanco del gobierno o un “monstruo costoso” que desperdicia recursos en construir sucursales en lugar de destinar ese dinero a la inversión pública o a la salud, de acuerdo con especialistas consultados por Expansión.
Las deficiencias, a decir de los entrevistados, radican en que este banco de desarrollo ofrece servicios financieros casi iguales a los que ya ofrece la banca comercial tradicional, así que se duplican funciones y no generan un valor agregado como mejores rendimientos o un mejor servicio.
“El problema es que este banco está ofreciendo servicios de captación y está dando intereses que son relativamente similares a los que da la banca. Si me dan los mismos productos y rendimientos y en la banca tradicional puedo acceder a préstamos, para qué quedarse en el Banco del Bienestar?”, comenta Pablo Cotler, académico del Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana (UIA).
El especialista afirma que el gobierno federal tiene que destinar recursos no solo para la construcción de las sucursales sino financiar los servicios que ofrece como el efectivo que debe abastecer a las sucursales y cajeros. Todo esto de una manera sostenible en el futuro.
Las cifras del banco al cierre del 2021 tampoco son optimistas: Ha reportado pérdidas por 230 millones de pesos (mdp). La entidad destaca en su reporte financiero que esta caída se debió a la inversión que se hizo para la construcción de nuevas sucursales.
“El tema no es que ofrezca sucursales, la pregunta es si no estamos creando elefantes blancos que son pequeños edificios y no ofrecen los suficientes servicios. Un banco es para hacer operaciones más complicadas, una combinación de servicios que, por el momento, este banco no está haciendo” añade Cotler.
Jorge Sánchez Tello, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), comenta que la construcción de sucursales en lugar de apostar por la tecnología o los corresponsales bancarios crearán “un monstruo enorme que va a ser costoso de mantener” y el problema es que si el negocio no es redituable, será el dinero de los mexicanos el que se habrá perdido.
“La banca privada hace sus inversiones con su dinero, aquí el detalle es que el banco del bienestar tiene un costo para todo el país, para todos los que pagamos impuestos, y parte de nuestros impuestos se está yendo a construir sucursales con los mismos productos y que pueden ser hasta más caros que un banco tradicional”, dice Sánchez Tello.
El gobierno federal asegura que con la construcción de 2,700 sucursales se ampliará la presencia de oficinas bancarias que permitan a los mexicanos acceder a los servicios financieros, sin embargo la realidad es que muchas de las sucursales se han construido en lugares urbanos, donde ya hay otros bancos operando y ofreciendo servicios.
“Sospecho que va a ser un fracaso porque lo más probable es que no tienen la suficiente gente con experiencia para saber a quién se le puede prestar y a quién no; muy probablemente van a tener altos costos de operación básicamente porque no van a tener muchos costos para enviar liquidez a zonas alejadas, están haciendo todo el servicio básicamente físico y el riesgo es que este banco siga teniendo pérdidas y eso obviamente hay que cubrirlo con recursos públicos”, apunta Cotler.
El experto pronostica que tomará alrededor de otros dos años para saber si el banco ha logrado ser sostenible.
Además, uno de los principales problemas que ven los expertos es que, a diferencia de la banca comercial, no hay un seguro o instituto que proteja los recursos de los mexicanos como lo hace el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB).
Otro de los problemas que destacan es el alto índice de morosidad que maneja el Banco del Bienestar, al cierre del 2021, la morosidad ascendió a 35.46%, la cifra contrasta con la del 2020 que fue de 18.68% en 2019 fue de 15.02%.
Y si eso no fuera poco, la entidad aún tiene que generar confianza entre los mexicanos demostrando que sabe atender las demandas de los usuarios y la liquidez en comunidades remotas.
Una red ambiciosa y redundante
Al cierre de 2021, el Banco del Bienestar contaba con 447 sucursales. En conjunto, las sucursales dan atención a 398 municipios, mientras que a través de la banca comercial se atienden 909 municipios
Los puntos de atención son mucho menores si se compara con otros bancos que atienden a la base de la pirámide como BanCoppel, que tiene 1,229 sucursales y 1,600 cajeros automáticos.
Las sucursales del Banco del Bienestar localizadas en zonas rurales son el 39% mientras que el 61% están en zonas urbanas. Los expertos han criticado que se abran más sucursales en las zonas urbanas, cuando el objetivo es llegar a comunidades alejadas del país.
El Banco del Bienestar cuenta con 7,280 corresponsales bancarios, el 23% administrado por Telecomunicaciones de México (TELECOMM), y el 77% administrado por Red YASTÁS mediante las cuales se ofrecen los servicios de depósito, retiro de efectivo y consulta de saldo para cuentahabientes y usuarios.