Biden ha recurrido a numerosas palancas para tratar de reducir los precios, como la liberación récord de barriles de las reservas estratégicas de Estados Unidos, la exención de las normas de producción de gasolina de verano y el apoyo a los principales países de la OPEP para aumentar la producción.
Sin embargo, los precios de los combustibles se han disparado en todo el mundo debido a una combinación de repunte de la demanda, sanciones al gran productor Rusia, tras su invasión de Ucrania, y una reducción de la capacidad de refinación.
No obstante, los viajes por carretera en Estados Unidos se han mantenido relativamente fuertes, solo un par de puntos porcentuales por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, incluso a pesar del alza de los precios.
Aun así, los economistas prevén que la demanda pueda empezar a disminuir si los precios se mantienen por encima de los 5 dólares el galón durante un periodo sostenido.
"En el nivel de 5 dólares es donde podríamos ver una fuerte destrucción de la demanda de gasolina", dijo Reid L'Anson, economista senior de Kpler.
Ajustada a la inflación, la media de la gasolina en Estados Unidos sigue estando cerca de un 8% por debajo de los máximos de junio de 2008, en torno a los 5.41 dólares el galón, según las cifras del Departamento de Energía estadounidense.
El gasto de los consumidores se ha mantenido hasta ahora resistente, incluso con la inflación en su nivel más alto en más de cuatro décadas, con los balances de los hogares apuntalados por los programas de ayuda a la pandemia y un mercado de trabajo ajustado que ha impulsado fuertes aumentos salariales, especialmente para los trabajadores de menores ingresos.
Los elevados precios para los conductores se producen en un momento en que las principales compañías petroleras y de gas registran unos beneficios extraordinarios. Shell presentó un trimestre récord en mayo y Chevron Corp y BP han registrado sus mejores cifras en una década.
Otras grandes empresas, como Exxon Mobil y TotalEnergies, así como operadores de esquisto independientes de Estados Unidos, han presentado cifras sólidas que han estimulado la recompra de acciones y la inversión en dividendos.